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_____'s pov

Suspire con cansancio al colocar la última caja en el suelo, le pagué a los ayudantes y decidí irme al cuarto para descansar mi espalda, la vejez ya está tocando a mi puerta.

-Cariño cuida a Charlotte, tengo que preparar la cena y no quiero que le suceda nada.- Me limité a asentir y recibir a mi hija quien se aferro a mi cuello colocando su cabecita en mi hombro.

Deje a mi pequeña hija en la cama y ella solo me observaba fijamente soltando pequeñas risitas. Empecé a jugar con ella escuchando sus balbuceos, sus pequeñas manos jugaban con mis mejillas mientras yo le daba un beso en la frente.

Decidí ir a la sala con ella entre mis brazos, baje las gradas y empecé a caminar hacía el sillón de cuero. Me detuve de golpe al ver como Troye y Louis pasaban corriendo mientras jugaban.

-¡No corran en la casa, se pueden caer!- Grite con la esperanza que me escucharán, solo suspire y seguí con mi objetivo. Deje a Charlotte en su pequeño corral de madera para que jugara con todos los peluches que habíamos colocado, me senté en el sillón y encendí la televisión buscando un canal que me llamará la atención.

Subía de canal y regresaba a uno pensando en que ese sería el indicado, pero no, solo eran simples anuncios. Al final decidí ver un partido de beisbol y al transcurrir los minutos observé a mi hija.

Sus ojitos miraban con mucha intensidad un lugar en específico y decidí averiguar que era lo que tanto le interesaba. Lo único que resaltaba en la pared era una puerta, supongo que de tanto movimiento que tuvimos los primeros días no nos percatamos de ese pequeño detalle.

Me dio curiosidad ver la puerta entre abierta, tal vez alguno de los niños por curiosidad la abrió y olvidó cerrarla, siempre era lo mismo con esos pequeños revoltosos.

Al levantarme tuve la atención de mi hija pero ella volvió su vista al objeto de antes, decidí cerra la puerta para que mi hermosa esposa no me regañara, ella odia cuando las puestas están abiertas sin necesidad alguna. De cierta forma la curiosidad también era grande, quería explorar a fondo nuestra nueva casa.

Sentí algo de frío por cada paso que me acercaba más a la puerta pero no preste atención, lo único que quería era llegar a mi objetivo. Al estar frente a la puerta de madera, procedí a extender mi brazo y con mi mano tome la perilla, estaba apunto de abrir la puerta cuando escuché que algo se caía.

Me quedé mirando la perilla entre mi mano y luego observe la puerta, aún tenía mucha curiosidad y tal vez solo fue un adorno y no paso nada grave.

Volví a la realidad al escuchar el llanto de mi hijo Troye, decidí cerrar la puerta y observé el pasillo hasta dar con el cuerpo de mi hijo.

-¡Les había dicho que no estuvieran corriendo por la casa!- No quería enojarme pero el hecho de que ellos me desobedecieron no ayudaba.

Caminé hacía ellos y levante a Troye quien se aferro a mis piernas sin dejar de llorar, suspire y acaricie su cabello rizado mientras Louis nos observaba. Luego de que Troye se tranquilizará y se apartará de mi, los mandé a la habitación como castigó por no haber hecho caso, claro que no era tanto un castigó ya que mientras estuvieran juntos nada los aburría.

Regresé a la sala y Charlotte jugaba con sus peluches, me volví a sentar dándole toda mi atención a la televisión. Podía escuchar la música fuerte de mi hija y a mi esposa hacer la comida, era un ambiente tranquilo para mi, considerando que tengo cuatro hijos que les gusta hacer mucha bulla.

-La cena está servida.- El grito de mi esposa asusto a Charlotte que estaba durmiendo en mi pecho, mi hija empezó a quejarse mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas y sus pequeñas manos hechas un puño agarraban mi camisa. Me levanté con ella y empecé a calmarla logrando tranquilizarla al instante.

Coloqué a Charlotte en su sillita alta tomando las precauciones para que ella estuviera segura. Agarre su babero con estampado de carritos y se lo puse mientras ella golpeaba sus manitas contra la mesita de su silla.

-Cariño, hazme el favor de traer a los niños y avisarle a Kara que la cena está lista.- Sin poner objeción salí del comedor, subí las gradas que daban al segundo piso de la casa y recorrí el largo pasillo hasta llegar a la puerta de los gemelos.

Entré al cuarto captando como los niños jugaban con peluches de unicornio idénticos, la habitación de los gemelos estaba dividida por color, el lado de troye estaba lleno de cosas rosadas y celestes, mientras que el lado de Louis reinaban el color lila y amarillo.

-Chicos a comer.- Ellos asintieron y dejarnos de jugar, les di cuna mirada severa al ver como dejaban sus juguetes regados en el suelo, ellos al darse cuenta guardaron en su lugar los juguetes y al terminar salieron del cuarto para bajar a la primera planta.

Cerré la puerta y seguí por el pasillo hasta toparme con una puerta negra perteneciente a la habitación de mi hija mayor, reí un poco al ver el letrero de prohibido pasar y decidí tocar la puerta, no porque respete su privacidad, sino que se me había olvidado la llave de su cuarto.

-¡Ya voy!- Escuché su grito y la música se detuvo, rodeé los ojos al ver a mi hija con solo un boxer y una camisa blanca.

-Ponte algo decente y baja a cenar.- Ella sólo asintió y volvió la vista a su celular para luego cerrar la puerta en mi cara.

A los pocos minutos Kara llegó al comedor y empezamos a comer, a veces le daba de comer a Charlotte o lo hacia Lauren, aunque a la pequeña le gustaba comer por ella misma, eso significaba mancharse las manos y las cara.

-En una semana empiezan las clases, el bus escolar pasará a las seis de la mañana por ustedes.- Solo dije eso y mis hijos se empezaron a quejar pero con mi mirada de advertencia decidieron no poner más protestas y seguir comiendo.

-Genial, mis horas de sueño se van a arruinar solo por mudarnos a esta casa horrible.- Lauren me sonrió con tranquilidad cuando estaba pensando en que decirle a la adolescente rebelde que tengo por hija. Decidí que no iba a arruinar la cena y se lo dejé pasar solo por esa noche.

Al finalizar la cena recogí los platos y los llevé al lavaplatos para ayudar a mi esposa quien se había ido con Charlotte, la pequeña ya tenía sueño y en esos momentos es cuando aprovechamos para que se duerma, porque si pasa despierta más tiempo de lo debido, cuesta mucho que le de sueño otra vez.

Empecé a lavar los platos con tranquilidad, los niños en estos momento han de estar en su cuarto esperando a que les lea un cuento, y eso hice al finalizar mi labor con los platos sucios.

-Ya todos están durmiendo y bueno Kara no sé, quiero suponer que si.- Le informé a mi esposa quien se estaba poniendo la blusa de su pijama.

-Bueno, vamos a dormir.- Me sonrió y unió nuestros labios en un beso, sonreí y la abracé pegandola a mi cuerpo mientras mis manos recorrían su espalda.

-Y si mejor hacemos algo más que dormir.- Sonreí imaginando todas las cosas que le podía hacer a mi esposa ojiverde.

-Y si mejor dejas de imaginar eso y nos dormimos.- Reí un poco y con un último beso con acomodamos en la cama.




Into the darkness. ~Lauren Jauregui Y Tú G!P~Where stories live. Discover now