CAPÍTULO 7

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Lunes, 15 de octubre de 2018

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Lunes, 15 de octubre de 2018.

—Necesito cuánta información puedas sacarle a ese hijo de perra —bramo—. No tengas ni una pizca de compasión. Si hoy aplicas un método de tortura, asegúrate que el de mañana sea aún peor.

» Encárgate que sufra a cada segundo. No le des ni un solo respiro. Y si has o no conseguido algo, infórmame. Quiero jugar un rato con él. Tiene una deuda que estoy ansioso por cobrar.

—Como digas Zack. —Carter asiente mientras juega con la navaja que tiene en su mano derecha. Y una sonrisa maliciosa tira de las comisuras de sus labios. Él es la persona indicada para éste trabajo, de eso no tengo duda.

Se gira sobre sus pies y se dirige hacia la salida de la estancia en la que nos encontramos.

Mis chicos son, sin duda, las personas más leales que he podido tener a mi lado. Cada uno de ellos, fue rescatado de las calles, de grandes líos en los que algunos de ellos se habían metido por causa del consumo de drogas. Irónico, ¿no? Pero así fue. Y digo "rescatados", porque todos estaban en peor condición que en la que ahora nos encontramos, sin embargo, hoy ya no tienen que mendigar por nada, y ahora a pesar de que somos fácilmente la red de distribuidores más grande de todo el país, ninguno de mis seis chicos —que ahora más bien los considero como mi familia—, consumen esa porquería. Porque cabe aclarar, que, aunque yo sea quién encabeza esa red, no ha sido por puro gusto, sino fue más bien una obligación la cual cayó sobre mí, desde el momento en el que fui engendrado, y aún más, cuando mi madre me dio a luz. Soy hijo único y, por ende, el único heredero de todo el emporio del que mi padre siempre se esmeró en construir. Aun así, en mi adolescencia fui víctima de las drogas, y eso me llevó a cometer muchos errores más. Pero gracias al cielo, tuve el coraje suficiente para poder salir del hoyo en el que me encontraba. Por esa razón, Carter, Bradley, Cody, Michael, Mason y Nathan tienen estrictamente prohibido probar si quiera una pizca de esa mierda. Incluso, a la hora de trabajar con la mercancía, siempre estamos protegidos por guantes y cubre bocas. No necesito probarla para saber que lo que vendo es de calidad, pues con tantos años en éste ambiente he aprendido a distinguir la buena mercancía con tan solo echarle un vistazo.

Carter hasta ahora, ha demostrado ser el chico más insensible de los seis y el más creativo a la hora de torturar a alguien. Es por esa razón, que él es quien siempre se encarga de los tipos a los que capturamos para sacarle algún tipo de información, o de los traidores a los que simplemente queremos darles su merecido. Además de ser quién nos proporciona las armas para cada salida que debemos hacer. Ya sea por alguna negociación, o para ir a las carreras.

—¿Cómo sigue la chica? —la voz de Bradley irrumpe el silencio que se ha asentado en la estancia.

—No tengo idea. No he hablado con ella desde el día del accidente. —confieso.

Ha pasado ya una semana desde ese día. La última vez que la vi, estaba postrada en una cama de hospital, inconsciente. Se había desmayado durante el camino al hospital, a pesar de que ella juraba estar bien y protestaba que la llevara a casa. Supe entonces, que estaba haciendo lo correcto al llevarla para que los médicos la revisaran.

FUISTE TÚ © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora