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Le dolía la cabeza, y su cuerpo se sentía muy cansado, con algo de dificultad logró sentarse en esa mullida cama.

Se dio cuenta que estaba encerrado en una habitación muy bien amueblada, con muchas cosas para su diversión.

Era extraño, si había sido secuestrado, pensaba que lo tendrían en un lugar muy horrible, para que él se comportará.

Suspiro, no sentía miedo, ni siquiera se veía amenazado. El sonido de la puerta llamó su atención, dirigió su mirada a esa entrada.

De dónde entró un hombre alto y fornido, con cabello granate y una bufanda blanca cubriendo una parte de su rostro.

Tu.. ¡Eres el chico del parque! -

Aquel hombre se acercó a Luffy, sonriendo, algo que no se podía apreciar por esa bufanda.

Monkey D Luffy, eres toda una belleza-

El azabache no se inmutó ante esas palabras, se quedó mirándolo en silencio, algo muy raro en él.

Mira que ser un chico tan infantil con una gran cantidad de dinero como herencia -

Ya entendía el porqué de su secuestro, eso era algo con lo que tenía que vivir gran parte de su vida, siempre cuidándose de las personas con sonrisas amables, pero que sólo esperaban ganar tu confianza para sacarte dinero.

Dime - se sentó en aquella cama, mirando fijamente al azabache - ¿cómo es que puedes vivir en ese lugar con un asesino en tu casa?

Frunció el ceño- no sé de qué me hablas

Era obvio, ese hombre no quiere que veas esa faceta suya ¿verdad? - se colocó de pie.

Caminó hacia el televisor de la habitación, y coloco un CD en el reproductor.

La imagen era algo borroso al inicio pero después se aclaró, en ella aparecía Sabo y Law secuestrando a una mujer azabache.

En donde en el coche que utilizaron para huir, se podía ver a Ace mirando todo en silencio.

Dime - volteo a ver el rostro sorprendido del azabache - ¿qué se siente saber que tus hermanos son unos delincuentes?

Con pasos pequeños se acercó a Luffy quien no dejaba de ver esa imagen en la pantalla.

Ahora estas muy confundido ¿no es cierto? -

Luffy desvío su mirada del televisor para mirar fijamente a ese hombre

Sonrió - no puedo creer que aún sigas confiando, tus ojos te delatan.

Yo siempre estaré de lado de Sabo -

Oh, ya veo - con algo de fuerza tumbo al azabache y se colocó encima de él - el amor es algo muy peligroso, te vuelve ciego ante muchos aspectos negativos de tu pareja.

Podía sentir como su cuerpo temblaba un poco, no le gustaba la cercanía que tenía ese hombre con él, con algo de fuerza trataba de quitarse de encima a ese bastardo

Aléjate -

¿Por qué debería? - acercó su rostro al cuello del menor - todavía que me preocupo por ti, ¿me haces esto?

Nadie te lo pidió -

Era increíble ver esa faceta ruda y valiente en ese pequeño chico, una que lo dejaba aún más encantado.

Desde el día que lo conoció en una de esas revistas de millonarios, quedó fascinado con la belleza de ese azabache.

No pudo evitar investigar más de él, en donde vivía, en donde estudiaba, sus gustos, Pasatiempos, redes sociales.

Pero nunca encontraba más de lo social, era como si toda esa información personal fuera un secreto de estado, un secreto que ni la policía podía revelar.

Y eso era un desafío que le emocionaba aún más.

Admitía que verlo en aquel parque fue suerte, pero que le emociono al grado de acercarse y tratar de entablar una amistad con el chico.

Pero el hermano mayor tenía que llegar y arruinar todo.

Conocer a los dos hermanos Monkey D, fue algo que nunca se esperó, pero había algo en el rubio que le intrigaba.

Por lo que decidió seguir sus pasos, aunque siempre desaparecía de su rango de visión.

Hasta que bajó la guardia en ese secuestro, y obtuvo esa grabación para mostrársela a Luffy o a la policía.

Esperando ser como un héroe para ese azabache y obtener lo que desea.

Vamos cariño, - su lengua se paseó por el cuello del menor, saboreando esa exquisita piel.

Sentir como el cuerpo debajo de él se estremecía era todo un deleite para su enferma obsesión.

¡Déjame! - su fuerza era nula ante ese masa de músculos, no podía quitárselo de encima.

He deseado esto por varios años - alzó un poco su cuerpo, lo suficiente para ver su rostro- y ahora que te tengo no voy a detenerme

Los brazos de Luffy fueron sujetados con fuerza sobre su cabeza, trataba de mover su cuerpo y liberarse pero nada estaba funcionando.

Es mejor que me sueltes y me dejes en paz o te vas a arrepentir -

Katakuri se asombró por ver esos ojos llenos de valor, sin una pizca de miedo o desesperación en él.

¿Tanta era su fe en sus hermanos?, acaso ese chiquillo no entendía la situación en la que se encontraba.

Sonrió, tal vez debería de demostrarle, después de todo nadie los separaría.

Estamos muy alejados de la civilización, nadie te encontrara - acercó su rostro tratando de besar al chico pero este cerraba su boca. - oh vamos, te enseñaré lo que es un hombre, te daré un placer increíble.

Luffy fulmino con la mirada a ese hombre mientras que sentía como sus muñecas eran sujetadas al respaldo de la cama con una tela.

Las manos del varón comenzaron a delinear el cuerpo del chico, bajaba poco a poco, disfrutando del momento

Rompió la camisa del azabache, observando aquel pecho hermoso con esos pezones rosados que le encantarían saborear.

Subió una de sus manos para delinearlos, mientras se inclinaba para besar el cuello del menor

Te lo advertí -

No le hizo caso a ese susurro, pues estaba más metido en devorar esa piel

No fue hasta que sintió un dolor en su cuello que su deleite se vio interrumpido, el dolor era demasiado intenso por lo que trató de zafarse, pero no podía.

¡Que!...-podía sentir como la sangre salía de esa herida, podía ver como las cobijas y su propia piel era manchada por ese líquido escarlata.

Hizo más fuerza para poder liberarse, pero entre más se separaba, más era dolor y la angustia al sentir su propia sangre en su boca.

En un impulso logró liberarse, rápidamente coloco una de sus manos en esa herida, sintiendo la falta de un pedazo de carne en aquella zona.

Miró con miedo como ese trozo se encontraba en la boca del azabache que con lentitud, como si estuviera saboreándolo, se lo comía.

Sonrió al terminar ese bocadillo - ahh... Como amo la carne

Katakuri retrocedido al ver esos ojos oscuros brillar y esa sonrisa llena de sangre.

Te lo advertí, - ladeo su cabeza mientras movía sus muñecas para zafarse - sabo y ace no son los únicos delincuentes de la casa.

El Charlotte comenzó a caminar hacia la puerta pero su visión se tornaba borrosa, y la sangre no dejaba de salir.

Una gran carcajada sonó por todo el lugar - vamos, katakuri ~chan, juguemos

El varón solo pensaba en huir, solo quería salvar su vida.

Déjame devorarte -

Escucho como la cama crujía, evidencia de que aquel chico se había liberado.

Amor enfermizo- Sabo x LuffyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora