Capítulo extra II

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Liam

Luego de años de estudio disfrutar de la vida es lo que merezco, al menos unas vacaciones antes de que mi padre me ponga a hacer cosas de jefe, por ello me encuentro disfrutando de una noche loca o eso es lo que espero, mis amigos andan buscando alguien para pasar la noche, mientras yo observo a la chica de la barra desde hace un buen rato.

-Hola guapo- me dice una pelirroja que se sienta al lado mío con mucha confianza, estira sus manos a mi cuerpo, dejo que toquetee un poco hasta que me doy cuenta de que está resultando como las dos chicas anteriores que se acercaron. No siento nada.

Opte por este lugar para alejarme de las mujeres de siempre, las que reconocen a una persona con dinero, un lugar accesible para otro estatus social me da más diversidad de lo que quiero, como la pelinegra.

Quito con delicadeza sus manos de mí y le hago un rechazo típico de mis amigos, uno en el que no se sienta mal, ni me insulte, no quiero que mi camisa Armani se manche con licor.

Se retira con una mirada molesta, pero digna. Sigo mi atención en la chica del bar, lleva un vestido negro que se ajusta a su figura, admitiré que he salido con mujeres que poseen un cuerpo mucho mejor que el de ella, ya sea más voluptuoso o con las medidas perfectas. Si me fijo más puedo notar su abdomen desproporcionado, no en exceso, pero no es plano en su totalidad, su falta de maquillaje se refleja en su mirada, y su pelo suelto sin más que un cepillado, hace que me interese más que cualquier chica del lugar.

Debería de estar viendo a esas mujeres en la pista que mueven su cuerpo con sintonía, que te envuelven y sabes que recibirás una buena vista, como la que paso hace unos segundos frente a mí, pero esa pelinegra es adictiva.

Es temprano para ir a charlar con ella y que las cosas fluyan por el camino correcto, Mis amigos siguen disfrutando con chicas lo suficientemente bobas para hacerles caso, ellos solo quieren una noche de sexo y ya. Es lo mismo que busco yo, aunque soy mejor en ello y no un patán, o eso es lo que creo.

Un chico se acerca a ella, esta no le hace mucho caso y sigue su vista al frente, he revisado tres veces para saber qué es lo que ve, solo veo mesas con diferentes personas, nadie interesante. Sus aparentes compañeras de noche la dejaron sola hace un rato, para irse a bailar y ella sigue allí tomando una cerveza desde que la vi.

Curioseo en mi celular unos minutos hasta que llega uno de mis amigos, está acompañado, pasa para preguntarme si no me importa que se vaya y me dejé, dado que vine con él, mi respuesta es simple, me iré en taxi. Eso me pasa por confiar en mis acompañantes, que era obvio, que se irían con alguien más.

Mi vista vuelve a la pelinegra que no se encuentra sola, sino que esta con un chico que no identifico, lo veo de espaldas y por lo que puedo concluir ha captado la atención de la chica, mala suerte para mí, eso me pasa por lento.

Sonríe con coquetería, se aparta el pelo y sabe moverse acercándose a él. De solo ver como lo seduce me provoca excitación, calma ahí tigre, no es tu domadora.

Su charla se ve interrumpida por sus amigas, el chico se mueve dando a entender que se iba, pero lo piensa mejor y espera. La chica susurra algo en su oído, la luz del lugar no me deja ver la expresión del chico, descifrar quien es la persona que me gano se hace más difícil.

El celular de su presa, lo llamare así, pasa a sus manos y se lo guarda en el pantalón nuevamente, con esas pequeñas manos roza parte de la zona intima del pobre muchacho.

Se retira y vuelve a su mesa, se queda sola, pero no decepcionada, todo lo contrario, es como si tuviera una victoria en sus manos.

Estar de espectador nunca fue lo mío, pero que intenso e interesante se han dados las circunstancias con esta mujer.

Espero por si su carnada vuelve a caer, sin embargo, luego de más de una hora se retiran, por un segundo puedo observar su perfil, no es alguien tan atractivo como pensé, ni siquiera es más guapo que yo, esto será pan comido.

Me acerco sigiloso a ella hasta que nota mi presencia, es buena señal que no me echara como a sus otros pretendientes.

-¿Te molesto? – le pregunto señalando el asiento desocupado al lado de ella.

- Adelante- responde con una sonrisa diferente a la que le daba al otro chico. No me desilusiono, todo lo contrario, me emociono por lo que significan los próximos minutos y mi jugada que me llevara donde la quiero.

***
<3 Gracias por leer.

El karma de Sofía  (Segunda parte de &quot;Mis chicos&quot;)Where stories live. Discover now