El club de los rechazados.

Capítulo 26: gracias por escuchar.

—Bien —articuló acomodándose en mi cama boca abajo y apoyándose en sus codos—. Entonces empezaré con algo simple para que no te des la vuelta y me digas "qué te importa, idiota" —pronunció engrosando la voz, como si mi voz fuera mucho más gruesa que la de él. Enarqué una ceja pero no dije nada—. ¿Cómo le hiciste para hablar con Jennifer de nuevo? He visto que últimamente siempre están juntas.

—Que te... —inicié a la defensiva, pero antes de completar la frase me detuve. Dustin se echó a reír porque era evidente cuál iba a ser mi respuesta—... Intenté imitar las buenas actitudes de Billy.

—"Intenté imitar" —remedó mirándome con una expresión de burla—. Suena a que los estás analizando... Además eso no me dice nada, ¿qué tiene que ver Billy en esto? ¿A qué te refieres con "sus buenas actitudes"?

Suspiré.

—Bueno, Billy es una buena persona dentro de lo que cabe. No se puede esperar mucho de adolescentes orgullosos, egocéntricos, que tienen suficiente dinero como para no trabajar el resto de su vida y aún así vivir cómodamente —parloteé y mis palabras aparentemente confundieron mucho más a Dustin—. Nunca esperé que para una persona como él lo más importante fuera la amistad. A pesar de su orgullo y sus prejuicios, Billy hizo todo a un lado para hablarme con naturalidad aún cuando yo le gustaba y no correspondía a sus sentimientos. Prefirió preservar nuestra amistad. Entonces me dije a mí misma que Jennifer me necesitaba y que si yo realmente la amaba me iba a quedar a su lado aún si ella no correspondía mis sentimientos.

Dustin no dijo nada, se quedó en silencio observándome como si comprendiera la situación.

—¿Y tú qué, niño bonito? —cuestioné volviendo a comer palomitas—. Eso quiere decir que ahora sería mi turno de preguntar. 

Él asintió.

—No entiendo la situación pero me gustaría saber qué piensas de Zack y Dominik —pregunté echándome de espaldas en el sofá donde estaba sentada—. Ahora sí responde con completa sinceridad. ¿Qué piensas de esos dos?

—Eso serían dos preguntas porque son dos personas —contestó frunciendo el ceño.

—Bueno, da igual. Cuando respondas vas a poder seguir preguntándome todo lo que quieras.

El castaño rodó los ojos. Giró en la cama y nuevamente se acostó boca arriba mirando hacia el techo. Él no me miraba, pero podía decir perfectamente que en ese instante tenía un semblante pensativo y estaba seriamente preguntándose qué era lo que pensaba acerca de ellos. Quizá la pregunta ni siquiera había pasado por su cabeza hasta que yo se la pregunté. Quizá él ni siquiera se había planteado o se había hecho una impresión de Zack y de Dominik y en ese momento se encontraba muy ocupado creándola.

—Pues... —dijo pero su voz se volvió un hilo cada vez más delgado—... Me gusta Zack —inició y yo iba a interrumpirlo, sin embargo, vio venir mi reacción y me interrumpió antes de que hablara—. Gustar es sinónimo de "me agrada", ¿sabes?

—Comprensible —admití observando al techo igual que él.

—Me gusta Zack y me gusta estar con él.  Me agradan nuestras conversaciones y de algún modo siempre me hace reír porque... No sé si lo conozcas o hayas hablado con él lo suficiente para saberlo, pero Zack es muy estúpido y bromista. No le digas que estoy diciendo todas estas cursilerías sobre él porque eso lo haría más feliz de lo que yo podría soportar —se rió—. Todo lo que sale de su boca es un mal chiste. Y se siente bien estar con él...

—Pero te gusta Dominik —le interrumpí ya que veía que se avecinaba el amigo más temido. Un "pero". 

—Yo... No estoy seguro —vaciló—. Tampoco estoy seguro de si Zack me gusta de esa manera... Pero hay algo en Dominik que me hace querer estar cerca de él, algo que me hace querer... No sé, suena ridículo, lo sé. Pero quiero... Protegerlo. Hay algo en él que me hace querer saber más de él.