Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación y la fantasía son muy importantes puesto que forman parte indisoluble de la realidad de nuestra vida.- Ana María Matute
Hermosa portada hecha por: @fxrnweh_l
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La convivencia con fans era algo lindo, algo que solo idol-fan podían entender.
Desde la última cachetada no te había vuelto a tocar vivir algo así, cada día las fans perecian aceptarme cada vez más, eso te hacia feliz.
Ese día parecía que todo saldría normal, un día agotador pero fenomenal.
De nuevo varias fans te llevado regalos en su mayoría dulces, ellas si que te conocían, las amabas por eso.
Terminaste de firmar un póster cuando una foto diferente fue puesta frente a ti, tu sonrisa desaparición en ese instante, tus manos comenzaron a temblar y la respiración parecía querer desaparecer al igual que todo en ese momento, levantaste la mirada y te encontraste con esos ojos cafés que tanto te daban miedo, todo se detuvo, solo eran él y tu.
—Que gusto volverte a ver, Danielle. —tu nombre de sus labios no sonaba bien, te daba asco, miedo que lo dijera. —Fue difícil encontrarte, tus amigos si que saben guardar secretos pero no tanto, Bella a veces es muy tonta. —querías llamar la atención del mánager, seguridad o los chicos pero simplemente tu voy no salía y para fregarla eran cinco minutos con cada fan. —Mira que forrar una de sus libretas con fotos de tu grupo, no fue algo muy inteligenten. Pero mirate esta hermosa.—tomo tu mano y la apretó con fuerza. —Te extraño amor. —la respiración te fallaba cada vez más. —Deberíamos reunirnos y hablar, ¿no lo crees? —esa sonrisa era la más cínica de todas.
—No tocar, se les dijo al principio.—bendita suerte un chico del staff llegó en ese momento y él te soltó.
—Lo lamento, es solo que estoy emocionado por verla. —viste al chico pidiendo ayuda con los ojos y él pareció comprenderlo, se fue de nuevo dejandote sola.—Creo que no me creyó, Danielle mi amor es mejor que reconsideres mi propuesta de lo contrario me veras muy seguido. Me tengo que ir, te amo. —se fue y el aire a tus pulmones regreso pero débilmente, te costaba respirar, estabas teniendo un ataque.
—¿Dan?—Yuta quien estaba más cerca te ayudó.—Ayuda.—rapidamente se acercaron a ti, pero al pararte un fuerte mareo se hizo presente y te desamayaste.
No podía estarte pasando esto, no de nuevo.
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