Nuevo mundo, paz final

24 5 0
                                    

(....)

Habían pasado exactamente 10 años desde esa pelea entre el Emperador y el Dios de la paz. Pueblo vivía una paz admirable mientras que el Rey gobernaba pero todos sabían que él no había vencido a su mayor enemigo, no, lo había hecho un Dios venido de otro mundo. 

El Rey había levantado una estatua en honor de ese ser mítico que dio su vida por salvar un mundo al cual ni siquiera pertenecía y con él se fue también su pareja. Se tenia conocimiento que habían dejado a tres hijos: Uno de 7 años y dos mellizos de tan solo meses de nacidos. No se sabe donde quedaron o quien los cuida pero que están por ese pueblo es muy posible que pronto se les vea luego de tanto tiempo...

-¡Hermano!- Un grito me distrajo de mis pensamientos para voltearme viendo a la puerta 

-¿Pasa algo, Vale?- Le pregunte para acercarme 

-Zeus no me quiere prestar el peluche de oso blanco.

Mire a mi hermana para acercarme y seguirla hasta donde estaban jugando para ver que Zeus efectivamente tenia el peluche en sus brazos jugándolo mientras que Plateado estaba acostado a un lado: era mayor ahora pero cuidaba de mis hermanos como me cuido a mi en mi infancia.

-Zeus, dale el peluche a tu hermana, por favor.

-Es mío, ella tiene el de león- Se queja mi hermano para verlo curioso

Lo malo de que fueran mellizos es que se comportan como dos niños pequeños (que de por si tenían 10 años). Suspire para ver que una puerta se abría revelando a un hombre que caminaba a donde nos encontrábamos, su pelo negro y ojos morados veían a mis hermanos hasta que se acuclillaba al lado de mi hermano Zeus que estaba sentado.

-Papá- Dice Zeus al verlo a su lado

-¿Qué están haciendo?

-Zeus no quiere darme el peluche que me diste en mi cumpleaños- Se queja Vale con un puchero

-¡Ese día también fue mi cumpleaños!- Le dice Zeus molesto

-De acuerdo, vayan a por un helado con Ray. Necesito hablar con su hermano.

Zeus y Vale se van corriendo para ver al Rey que sin mas me sonríe pero yo solo me quedo serio, se me acerco y solo me cruce de brazos.

-¿Cómo estas?- Me pregunta ocultando su brazo bajo la capa que traía

Desde hace 10 años que nos ha cuidado y yo no le eh tomado el mas mínimo cariño, no desde que sin mas dejo que mis padres murieran en esa batalla que no les correspondía enfrentar. Si bien lo quería mucho cuando me cuidaba pero desde ese día me empecé alejar de él creciendo con un carácter serio donde solo expresaba el amor hacia mis hermanos cumpliendo la promesa que me había dado mi papá antes de morir. Mis hermanos lo veían como un padre pero yo no, sabia quienes eran mis verdaderos padres. 

Sí, soy Casey, el hijo mayor de Vegetta y Willy. 

-Bien- Le respondo un poco seco 

-Escucha... Se que ya cumpliste los 17 años y bueno quería felicitarte por eso.

-Que bien, gracias por decírmelo.

-Mira, se que no soy tu papi pero quiero llevarme bien contigo.

-¿Sabes? Puedes llevarte bien conmigo si me dejaras en mi mundo solitario. No quiero saber nada de tí.

Me di la vuelta para caminar por un pasillo oscuro hasta que llegue a mi cuarto en la casa del Rey donde entre cerrando detrás mío. No me sentía con ánimos de hablarle por lo que sin mas me tire a la cama donde agarre una almohada gritando con todas mis fuerzas para mover mi cola irritado hasta que me volteo viendo a una pared donde colgadas detrás de una vitrina de vidrio se encontraban la chaqueta de mi papá y la armadura de mi papi. Fue lo ultimo que me dejaron antes de irse a esa pelea que les dio muerte. Sus cuerpos nunca fueron encontrados y eso es lo que mas me hacia enojar, les quería ver por ultima vez pero cuando llegue a ese lugar solo me tope con un esqueleto de reptil negro como la noche...

Nuevo reino, nuevo infiernoWhere stories live. Discover now