capítulo V: Léeme.

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Ares Kyrgyakos.

Moscú, Rusia.

Marzo 02, 2020.

Tomo un sorbo de vino y coloco la copa en la mesa con más fuerza de la necesaria.

Athan no se inmuta con mi gesto, solo continúa comiendo, imperturbable y distante como su hija. Me mira de reojo sin dejar de hacer lo suyo; solo mínimamente expectante a lo que haré, pero no muy interesado en involucrarse en ello.

—¿Me estás culpando? –pongo los codos en la mesa —Deliberadamente me estás culpando de algo en lo que no me vi involucrado observando desde cualquier perspectiva.

Para de comer mirándome a los ojos; transforma un gesto de pura sorna irónica tocándose la punta de la nariz.

—Entonces enséñame el vídeo –me pide

De antemano sé qué Athan Kovalov es tan caprichoso y perspicaz que al más mínimo movimiento va a aprovechar para hacer pagar los días en el hospital que lleva su hija y está bien; pero la diferencia entre que haga pagar a una persona cualquiera y paula es que esta última es mi amiga desde hace mucho tiempo y le tengo aprecio.

Puede ser medio tonta, despistada y torpe...muy torpe, pero es mi amiga y darle el video a Athan sería darle una prueba para que injustamente pague una multa o vaya a la cárcel, ante las dos opciones a ninguna estoy dispuesto a hacerla pasar.

—Te conozco y sé lo que piensas hacer –lo señalo —Lo siento por ti, pero no te daré el vídeo.

Veo el enojo pintar sus facciones en cuestión de segundos.

—Te atreves a decir lo siento cuándo no fue a ti al que le lanzaron un chocolate hirviente encima, dime Ares si eres capaz de decir que lo sientes cuándo no es a ti al que le quedará una marca permanente en el pecho o el que pasará mucho tiempo en un hospital recuperándose de una crisis alérgica –se altera —Mi hija no es una burla Ares.

No bajo la cabeza, solo lo miro incrédulo; tratando de comprender como es que pretende que alguien pague por lo que le pasó a Ángela si nadie en concreto tiene la culpa. No le voy a faltar el respeto, pero tampoco me quedaré callado como un estúpido.

Paula no lo hizo con intención, me dijo qué ni estaba enterada de que el chocolate estaba a tal temperatura –incluso muy caliente para ingerir de forma inmediata– se ha disculpado muchas veces y ha intentado entrar en comunicación con Ángela, pero no lo consigue. Aquí el problema se remonta a qué Ángela es una niña demasiado caprichosa y egocéntrica.

—Mi respuesta sigue siendo la misma Athan, no lo hare.

Asiente aún serio, el enojo cada vez más marcado en su cara. Se levanta de la silla tomando sus pertenecías de la mesa y me encara.

—No es bueno recordar lo que hicimos por los demás, pero creo que justo en este momento tú debería de recordar todas las veces que has usado mi brazo para apoyarte –hago ademán de interrumpirlo —Te iba a mencionar eso de que la familia se apoya en lo que sea, pero escuche claramente como le dijiste a Alexander que Ángela ni siquiera tenía tu sangre.

—Te voy a dar el maldito video si es lo qué quieres –me molesto.

—Métete el video por el culo –se marcha.

No niego que siento un poco de pena por la situación, pero ya sucedió y Ángela no se está muriendo. Pasó el peligro y nadie merece ser condenado, pienso que solo hay que cerrar el jodido tema y punto. Ponerme a pensar en eso solo va a terminar de amargarme el día, yo que llevo ya tres días de mierda con este sumando cuatro.

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⏰ Última actualización: Mar 18 ⏰

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