Estamos en una reunión. Planeando las operaciones de la semana.
Algunos de nosotros frente al fuego.
La foto de Bianca se ilumina cuando aparece un texto. Le doy la
vuelta, esperando que Viktor no lo vea.—¿Qué carajo? —Viktor lo agarra—. ¿En serio? ¿Tienes la foto de
esa chica como la pantalla de inicio de tu teléfono?Agarro el móvil y me lo guardo.
—Idi nahuy. —Vete a la mierda.
Viktor es como un hermano, no de sangre, sino por el crimen.
Mucho más importante. Crecimos juntos en el orfanato de Moscú.Puedo sentir sus ojos sobre mí, la sangre hirviendo.
—No puedes tenerla.
El hermano de Viktor, Aleksio, se termina su vodka.
—¿A quién no puede tener Harry?
—La chica rica. Bianca Moreland —dice Viktor.
Mira jadea. Ella es la novia de Aleksio, y también abogada.—¿Bianca Moreland? ¿La de la alta sociedad?
Viktor gruñe.
—Le dije que parara con ella.
Me pongo de pie ayudado por mis muletas.—No es asunto tuyo.
Viktor viene hacia mí, agarra mi cuello.—¿Te jodes la rodilla, persiguiéndola? Ese es mi asunto. ¿Eres un
ejecutor y consigues que tu imagen esté en una cámara de seguridad
jugando al vigilante? Ese es mi asunto.Lo empujo fuera.
—Yo llevaba una máscara.
Mira me mira boquiabierta, aturdida.
—Espera... ¿Harry? ¿Ese eras tú? ¿Quién rescató a Bianca Moreland
esa noche?—Eres un ejecutor —dice Aleksio, agregando ahora—. No puedes
jugar al vigilante.Fulmino con la mirada a Viktor.
—No lo mires, mírame a mí —dice Aleksio—. A los policías les
encantaría una razón para clavarte con un asesinato. Y luego tendríamos
que sacarte de la cárcel.—No estoy escuchando esto —dice Mira, por siempre abogada—.
No he oído nada.—Bianca nunca testificaría contra mí —digo.
—Bianca Moreland no te conoce, ni se preocupa por ti. No puedes
tener a una chica como Bianca Moreland. Estás poniendo en peligro
todas nuestras operaciones con tu delirio. —Viktor me pincha en el
pecho—. ¿Lo entiendes?Dirijo mis ojos a él en advertencia. Un golpe más de su dedo y
puedo destruirle la cara.—Ambos sabemos qué es esto —gruñe él.
—No es eso —digo a través de los dientes apretados.
—Lo es.
Lo fulmino con la mirada en advertencia.
—Jugar al vigilante para alguna zorra rica que no lo merece…
Lo empotro contra una estantería… duro. Algo choca en él y vuela
hacia mí. Lo agarro y lo tiro al suelo.Le doy un buen golpe antes de que
él me dé un puñetazo en el labio.Estamos en plena lucha,
maldiciéndonos mutuamente.Consiguiendo dar golpes. Desde hace un
tiempo que no hemos luchado así.
Aleksio intenta tirar de nosotros aparte. Su otro hermano Kiro, se
mete y prácticamente me saca de encima de Viktor.