Capitulo 11

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El corazón de WangJi latía feliz. Hacía casi un mes había vuelto a su rutina diaria, bueno, tal vez con algunos cambios entre medio. Tuvo que comprar una jaula más grande porque la que tenía era muy chica para dos conejos. Al mismo tiempo, incrementó la cantidad de zanahorias que debía comprar semanalmente.

Lo bueno: Wang parecía llevarse de maravilla con su nuevo compañero, que tal y como la persona de la cual obtuvo el nombre, era muy inquieto. No había momento en que Xian se quedara tranquilo en un rincón, siempre buscaba molestar a Wang, mordiéndole las orejas o tirándosele encima mientras el otro descansaba.

Sin embargo, el conejo blanco no parecía quejarse en lo más mínimo. Ya varias veces lo había visto rozar con su pequeña nariz el pelaje de su compañero. También estaba seguro de que solía darle algunas de sus zanahorias.

Lo que no era muy bueno, porque lo último que quería era salir en plena madrugada a buscar un veterinario porque Xian comió de más.

Lo más tierno era ver como se acurrucaba uno junto al otro por las noches. La cantidad de fotos que les había sacado era infinita. Fue tanto su amor por aquellos dos pequeños que los puso como foto de pantalla de bloqueo.

Era bastante gracioso pensar que dos conejos machos tenían mejor suerte en el romance que él.

Aun seguía sin contarle a Wei Ying el nombre de su nuevo conejo, ¿cómo hacerlo? Literalmente le había puesto su nombre. Y cualquiera con dos dedos de frente sabría que eso no era normal para un par de simples amigos.

Bueno, también había escrito una canción para tocar con su guqin que usaba como alarma. La gran parte de melodía era la representación de los subes y bajas que le hacía sentir el Wei Ying. Y la cereza del pastel: el título de la canción eran sus nombres combinados.

Lan Zhan estaba seguro que no podía caer más bajo —tal vez podría haber sacado una o dos fotos a escondidas a Wei Ying mientras dormía, pero ese era un secreto que solo su celular y él sabían.

En el último tiempo había desarrollado un gran gusto por salir a algún café o hasta en algunas ocasiones especiales, algún restaurante luego de la escuela. Era impresionante la cantidad de comida picante que su compañero podía digerir en una hora, él casi se desmaya al probar uno de esos platos.

Se quedaría con su sopa de verduras simple, gracias.

Aun así era divertido observar la expresión de fascinación cuando Wei Ying probaba su comida, sus ojos brillan con alegría y apenas podía contenerse a terminar de tragar para comer otra porción.

Si solo tuviera un poco más de capacidades para hablar podría decir algo más que solo "ridículo" o "patético" cuando le hablaba con la boca manchad de salsa.

Sobre todo cuando sus pensamientos internos tenían que ver con el hecho de querer saborear sus labios, deseando saber si habría otro sabor además de la salsa picante.

No había día que no agradeciera su cara de piedra, estaba seguro que cualquier persona con un mínimo de expresión ya habría delatado completamente que tanto había caído en las redes de su enamorado.

Su corazón solía latir feliz al ver que Wei Ying recordaba las comidas que le gustaban o cuál era su té favorito. Teniendo en cuenta su pésima memoria, el que pudiera recordar el nombre de la cafetería a la solían ir ya era todo un logro.

Antes de que se diera cuenta la gran parte de su día se la pasaban los dos juntos, desde la primera hora de clase hasta un rato antes de que cayera el sol, ambos vivían pegados entre sí. El brazo de WangJi solía tener otro sujetándolo que lo arrastraba sin parar.

JieJie ¿Qué opinarías si a mi me gustara un chico?Onde histórias criam vida. Descubra agora