18 de Marzo 1960.
La noche era bastante fresca y tranquila.
Habían pasado tres meses aproximadamente desde mi llegada aquí.
Me había acostumbrado de cierta manera a mi nuevo estilo de vida.
Incluso empecé a escribir en un diario que había sacado de una tienda de baratijas antiguas.
En cada página escribía sobre cada cambio que tenían mis poderes, cuáles empezaba a poder controlar y cuáles otros aún seguían teniendo control sobre mi.
A veces escribía como si estuviese hablando con Cinco o con alguno de mis hermanos pues estaba sola y nadie sabía de mi o me conocía en verdad, además de que no quería volver a perder la memoria o algo por el estilo.
Me resultaba irónico que al igual que mi padre ahora yo escribía en un diario, y casi siempre tenía la cabeza metida entre las páginas desgastadas y la tinta negra que recorría de forma elegante y delicada cada página.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
--- Bien, hoy es el día --- Me dije a mi misma, intentando convencerme y darme la confianza suficiente para ejecutar una misión que llevaba planificando desde hace unas tres semanas aproximadamente.
Me encontraba en el techo de un edificio no muy lejano a una particular fábrica de paraguas, la cual era propiedad de un hombre millonario y con un apellido bastante inusual.
Era media noche y estaba ante ese gran edificio, dispuesta a encontrar lo que quería y eso eran libros o algún apunte que pudiera darme respuestas.
Confíaba en que podría encontrar información que me fuese útil; así que tras planearlo unas cuantas semanas y monitorear la entrada y salida de todo el personal hasta que quedara completamente vacío, esta era la noche en dónde entraría y saldría sin que nadie supiera.
No quería encontrarme a alguien que comprometiera un gran colapso en la línea temporal, pues la mínima alteración podría causar grandes desastres y me negaba a fallar una vez más.
Tras un último momento de repasar mis ideas; invisible, bajé del techo de un salto y caminé hasta estar frente a frente de aquel edificio.
Mire a ambos lados y me teletransporté dentro de la fábrica.
Sentía cómo a cada paso mi corazón latía con más fuerza y la adrenalina en mi cuerpo se hacía más y más presente, a cada ruido a cada sombra yo estaba alerta.
A pesar de estar concentrada en mi plan y repetirmelo una y otra vez, el pensamiento y deseo de salir de ahí predominaba por lapsos de tiempo mi mente.
Llegué a un pasillo largo y oscuro, aunque podía distinguirse que a lo largo del pasillo había puertas a ambos lados del mismo, gracias a la poca luz que entraba por una ventana que se encontraba en el fondo.
Empecé a caminar con mucha más cautela acercándome a una de las muchas puertas del pasillo.
Me detuve frente a una, haciendo que se abriera sin tener que tocarla, entré y lo primero que ví fue una sala de estar como en una casa normal.
YOU ARE READING
El diario de Cero.H Vol. 2
FanfictionVamos a ponernos al corriente. Después de que mi familia se fuera, me quedé en el apocalipsis esperando mi final, pero de una forma extraña logré viajar en el tiempo llegando al año 1960. Ahora lo que quería era encontrar la forma de volver al 2019...