Capítulo 5

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LEER NOTAS Y ADVERTENCIAS, ESTA HISTORIA IMPLICA TEMAS SENSIBLES Y NO APTOS PARA TODO PÚBLICO.

Las prisas de los sábados por la mañana eran a veces una especie de infierno especial. Especialmente justo cuando estaban comenzando y la gente usaba el fin de semana para dirigirse a Manchester, por lo que se detenían en la panadería para recoger algo antes de sus viajes. Harry no pudo tomar un descanso en toda la mañana, vendiendo pastel tras pastel a familia tras familia.

Su única gracia salvadora de la mañana fue Louis entrando, gorro bajo y la capucha encima.

"Sabes, para alguien que se queja siempre de que tiene frío, nunca te pones chaquetas más pesadas," dijo Harry, sonriendo mientras escogía un croissant de chocolate para Louis.

"¿Puedo tener media docena de esos y, esas son donas? No he comido una dona en años."

Harry se rio mientras llenaba la orden de Louis. "¿Visitas a tu familia?" Tuvo ese momento, como siempre, preguntándose cuál de estos pasteles iba dirigido al omega de Louis. ¿Quizás compartiría una dona con él?

O no, ya que Louis inmediatamente sacó la dona de la bolsa y comenzó a comérsela. Harry negó con la cabeza ante las payasadas de Louis, y estaba a punto de decirle su total cuando notó a la gente corriendo afuera, gritando. Entrecerró los ojos, confundido, y luego uno de los transeúntes se detuvo. Una mamá de la escuela de Carter y Zoey.

"EL HOLLY BUSH SE INCENDIÓ." Sus ojos recorrieron la habitación hasta que aterrizaron en Harry.

Estaba congelado detrás del mostrador cuando registro las palabras. Fue tan surrealista. La forma en que paso el proceso de asimilarlo.

El Holly Bush se incendió. Extraño.

Me pregunto cómo sucedió eso.

Espero que todos estén bien.

Especialmente cualquiera que viva por encima de ahí.

Los otros clientes ya estaban corriendo afuera y Barbara lo empujó de regreso a la realidad mientras se dirigía hacia afuera. Lo primero que Harry notó fue que Louis parecía confundido y luego lo golpeo.

Oh Dios.

"Los niños," él susurró, horrorizado.

Los ojos de Louis se agrandaron y su cabeza se dio la vuelta. La panadería estaba vacía, la gente ya se apresuraba a salir para ver qué estaba pasando. "¿Los niños?"

"Joder," dijo Harry, corriendo alrededor del mostrador. No podía hablar.

Necesitaba llegar a casa.

Afuera había una ráfaga de viento. El invierno se estaba asentando por completo y, sin duda, pronto nevaría. Podía ver el humo subiendo. Ya estaba nublando el aire. Veía como el humo ya se elevaba. Negro, espeso y pesado. Él pudo escuchar sirenas en la distancia. La ayuda venia. Pero Harry necesitaba llegar allí ahora.

Louis lo agarró del antebrazo. "Te llevaré." Harry miró las calles y negó con la cabeza.

"Las calles estarán llenas de gente."

"Tardarás quince minutos en llegar hasta ahí. Sube a mi auto y te acercaré lo más posible."

Harry hizo lo que dijo Louis, dejándose arrastrar a su automóvil donde hacía calor. Él miró sus manos, retorciendo los dedos en su regazo. "Mamá estaba en casa con ellos. El pub no abre hasta almuerzo, para que ella se quede arriba con ellos. Nuestros detectores de humo funcionan."

Louis se estiró a través del auto y agarró las manos de Harry. "Estará bien. Todos van a estar bien."

Harry sintió lágrimas en las esquinas de sus ojos. "¿Qué-?"

Face your fears | L.S traducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora