12. Bosques y juegos bajo la lluvia

172 16 12
                                    

Un nuevo día, el brazo de Scott, como ya se había vuelto costumbre, estaba sobre mi cintura y mi cabeza sobre su pecho. Dormido se veía relajado, sin preocupaciones, mucho más joven. Entonces me di cuenta de que nos había tocado jugar a ser adultos desde muy temprano, a mí la vida me había forzado a criarme huérfana y hacerme una mujer de bien sola, con la única compañía de la abuela, Scott y Bill. Tres personas, eso era todo lo que había necesitado para no morir de tristeza. Scott había perdido a su madre desde muy pequeño, Bill y el tuvieron que vivir con la soledad, a hablar de temas con los que solo quieres hablar con mamá, a cocinar comida como la que hace mamá y dar el suficiente amor que faltaba en la casa. Y eso había sido lo que inspiro a Bill a darme el amor de un padre sin que nadie se lo pidiera, el hecho de que veía en su hijo las carencias con las que yo iba a vivir para siempre.

Fue difícil, vivir sin padres me refiero, sufrí ataques de ansiedad seguidos y lo que a otros les entristecían a mi parecía matarme, se me juntaban nubes de emociones, el hecho de tener que afrontar esas tristezas sola me hacían muchísimo daño. Solo que no lo sabía hasta ahora.

-Buenos días- saludo Scott cuando volvía del baño, yo sonreí y me abracé a él un rato.

-Buenos días- dije demasiado melosa. Me había levantado vulnerable con todo lo que había pasado el día anterior y necesitaba desesperadamente sentirme protegida.

-estas bien? -pregunto Scott cuando adivino mi estado de ánimo y yo asentí por inercia, no porque lo sintiera. -no, no lo estas- me contesto y me estrecho entre sus brazos luego de tirarme en la cama junto a él. Solté un par de lágrimas mientras estaba acostada en su pecho desnudo y me sentí mucho más relajada, Scott me arrullo un rato y cuando logre tranquilizarme este me dejo libre - ¿mejor? - Scott sabia de mis ataques de ansiedad de adolescente, tuvo que tomar un par de cursos y educarse para cuando esos ataques de ansiedad vinieran de repente. También sabía que hace mucho tiempo no me pasaban y algo había sido el detonante.

-estoy mejor- sorbí la nariz y le mire a los ojos, este entendió que no quería hablar sobre el tema y lo respeto con un beso en la frente que daba por terminada nuestra conversación sobre ese tema y sus causas.

-iré a darme una ducha- aviso y se levantó, camino hacia el baño y yo me acosté en la cama agotada.

Pelear con tu mente era la actividad más agotadora que se pueden imaginar.

Scott tardo un rato en darse una ducha, lo suficiente para que volviera a dormirme.

-Hey-me sacudió suavemente Scott y yo lo miré a los ojos, un poco desorientada pero luego lo volví a recordar todo y sonreí, estaba agradecida de tener a Scott y no afrontar todo sola.

-cuanto he dormido? -pregunte al terminar de levantarme y este aun llevaba tan solo llevaba una toalla amarrada a su torso, me sonroje y lo intente disimular con mi cabello, el cual estaba demasiado enredado y feo.

-quizás una hora, he tardado bastante en la ducha-comento y yo asentí.

-ya nos vamos? -pregunte y este asintió.

-debemos pasar a alguna tienda donde vendan tiendas de acampar y todo eso- yo lo mire confundida, de qué demonios él hablaba?

-de que hablas? -no pude evitar preguntar y este me miro como si hubiera dicho algo que pensó en voz alta.

-he pensado y podemos quedarnos a acampar una noche en ese bosque- contesto tranquilo pero expectante a mi respuesta.

-pero nunca hemos acampado, y si es peligroso? -pregunte y este me miro despreocupado.

-no pasara nada, he buscado información, es un buen lugar para acampar y además es vigilado porque es especialmente para eso- se sentó junto a mi aun con solo una toalla y me miro a los ojos fijamente -jamás te expondría a algo peligroso- y con esas palabras me bastaron para que el corazón se acelerara y dejarme que el alma se derritiera en mi propio cuerpo.

Eres lo único que necesito Donde viven las historias. Descúbrelo ahora