Capítulo 12

1.7K 122 8
                                    

No tuvimos oportunidad de llevar a cabo el plan durante los dos días posteriores, de modo que me centré en hacer bien mi trabajo y actuar con normalidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No tuvimos oportunidad de llevar a cabo el plan durante los dos días posteriores, de modo que me centré en hacer bien mi trabajo y actuar con normalidad. Apenas intercambié un par de palabras con mi jefe durante aquel tiempo, y las únicas palabras que me dijo fueron a modo de saludo o despedida. Si quería que hiciese algún trabajo en concreto, se limitaba a enviarme un correo electrónico con instrucciones específicas. Pero notaba que estaba satisfecho con mi organización y mi manera de trabajar.

Continué comiendo con Estíbaliz, Alba y Diego, mejorando la relación con ellos. A pesar de la diferencia de edad, las conversaciones con ellos eran agradables y amenas, y me encontraba cómoda. La experiencia de Estíbaliz me servía de ayuda para mejorar en mi trabajo, y para conocer detalles de mi jefe que tal vez en un futuro pudiesen serme útiles.

Pero había llegado el momento de pasar a la acción. Aquella tarde tendría lugar una reunión que, previsiblemente, se prologaría durante más de una hora. Había informado ya a Ariadna, quien había logrado cambiar los horarios. Debía salir a la perfección el plan.

—Enviadnos cualquier información de inmediato, incluso aunque penséis que no significa nada o no la podéis descifrar —me había dicho Luken al llamar la noche anterior—. Y salid de ese despacho antes de que ese hombre vuelva... Si es un vampiro y os descubre, puede que no dude en mataros a ambas.

Desde la desaparición de aquel niño, nuestra relación había cambiado por completo, y lo único que nos preocupaba era cooperar para que aquella misión saliese lo mejor posible. Era un asunto que nos había afectado mucho.

—Lo haremos —había asegurado yo—. Intentaremos hacerlo lo mejor posible, y pasaremos información en cuanto tengamos algo.

—Tenemos prisa, Liher, pero no tanta como para que no nos importe lo que les ocurra a dos cazadoras, ¿de acuerdo?

—No sabía que te preocuparías por nosotras.

—Te conozco desde hace varios años, Liher, y también a Ariadna —había dicho Luken, en un tono mucho más serio de lo habitual—. Y, aunque mi relación contigo no haya sido la mejor, nunca he deseado que murieses.

En apariencia, parecía que no estaba diciendo mucho con aquellas palabras, pero para mí habían significado algo. Por primera vez, admitía que le importaba al menos un poco. Que, aunque nunca nos hubiésemos soportado mutuamente y fuésemos muy diferentes, en el fondo le importaba lo que me sucediese.

Me mantuve alerta en todo momento, por si la reunión terminaba siendo anulada o aplazada, pero por suerte para nosotras, no ocurrió. Zigor salió junto a Estíbaliz antes de las cuatro de la tarde, cuando tendría lugar la reunión, para no llegar tarde.

—Puedes irte en cuanto acabe tu jornada, aunque yo no haya regresado —fue lo único que me dijo mi jefe antes de marcharse.

Envié un mensaje a Ariadna en cuanto ambos de fueron, y ella llegó junto con el material de limpieza unos minutos después para asegurarse de que se habían ido realmente. Tenía en sus manos un manojo de llaves con el que había logrado hacerse en el trabajo.

Su cazadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora