Capitulo 15

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 Narra Samuel:

Si tuviera que definir como la pase esta semana, diría perdiendo la cabeza, impaciente, loco. Pero poco a poco, sentía como el espacio que tenía en su corazón se hacía más grande, sin embargo, el que él tenía en mi corazón también. Siempre que lo enamoraba un poco más de mí, yo me enamoraba 100 veces más de él.
Flores, chocolates, películas, paseos por la plaza, cada segundo de estos 6 días, fueron mágicos según su forma. Gastando hasta la última moneda, gastando hasta el último suspiro, y usando hasta el último segundo, pero con la recompensa de algo que vale más de lo que ese tiempo gastado vale. Su corazón, un precio tan grande por algo tan pequeño, pero con un valor aún más grande de lo que ningún ser viviente de la tierra entendería.
Locura: Por cada momento en el que arriesgue todo solo para verlo sonreír.
Impaciente: Por cada segundo que no soportaba que tardase tanto en vestirse o bañarse, porque quería ver ya su carita con una sonrisa.
Perdía la cabeza: por cada momento en el que sus manos y las mías se rozaron, por cada momento en el que me miraba a los ojos riendo dándole un vuelco a mi corazón.
Pero así pasó la semana. Rompiéndome el corazón un poco más cada  día, pero sabía, que me ganaría el suyo, de la manera más idiota, loca, despiadada, e  incluso humilde me lo ganaría. Ahora mismo, podría decir que estaba en el momento más relajante que jamás pensé estar. Un sofá, so suficientemente grande como para 4 personas, una manta cubriendo nuestros cuerpos, y unas palomitas para compartir. ¿Romántico? No, no lo era, pero era lo suficiente para mí.

Sonreía cada vez que el reía por cada tontería que hacían en la película. No tenía idea de que película estábamos viendo, ni siquiera de cómo era la trama de la película, estaba concentrado en algo mejor. En sus ojos, en la curva de su sonrisa, y en la forma de sus manos. De cómo necesitaba su mano junto la mía, porque encajaban perfecto la una con la otra. Un rompecabezas incompleto. Eso es lo que somos. Haciendo lo imposible para juntar las piezas, para juntarlas, y hacer que se fusionen en una como alguna vez lo fue. Pero necesito también de el para que esto funcione.

Me acerque a el, lentamente sin saber lo que hacia mi cuerpo hasta que choque nuestros labios, juntándolos para unirnos en un beso que ninguno de los dos esperaba, ambos cerramos los ojos, Guillermo parecía impresionado, pero aun así también respondía al beso.
Sentía el calor de sus labios, y ese sabor a él, y el dulce de las palomitas juntos en sus labios. Lo volvía a sentir, sentía de nuevo el calor que tanto me había hecho falta, como la primera vez, tan único, y es que esta, era su primera vez, pues si no recordaba nada, de lo que el antes fue, pues le haría tener su primera vez en sonreír juntos, en darnos las manos, y en volver a lo que fuimos. Nuestra segunda primera vez.
Nos besamos.
Claro que lo hicimos.
Lo bese, me beso.
Y nos separamos.
Sus ojos estaban enfocados en mis labios, para luego mirar mis ojos. Entonces me di cuenta, me di cuenta de lo que hice.
Lo arruine.
Me separe de el bruscamente, para luego decir un simple “Lo siento”, y salir de allí.
Perdido, decepcionado de mí mismo, enojado, triste, y muchos adjetivos más serían los que definirían como me siento. Tiempo.
Tiempo fue lo único que me pidió, eso, lo único, y no se lo di. No le di la oportunidad, idiota.
No le di lo que me pidió, no le hice bien, lo decepcione.
Lo arruine, arruine lo que tanto tiempo me tomo hacer. O mejor dicho rehacer.
Acabo de arruinar todo, por una simple necesidad mía, la cual podía esperar, solo unos días más, pero podía. Él no estaba listo, lo dijo. Le prometí tiempo, y no se lo di.
Actualmente me encuentro sentado en una de las cafeterías más cercanas que hay por aquí. De hecho esta simplemente a una calle del departamento de Guillermo.
No quiero volver  allí a ver su cara de miedo, de decepción. No quiero, no puedo.

Casi Imposible 2ª temporada Wigetta/RubelangelWhere stories live. Discover now