Capítulo 39

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Toco varias veces antes de escuchar el "pase" de Hudson dentro de su oficina. Abro la puerta y dejo pasar primero a mis amigas para al último entrar yo.

—Que inesperada visita— el sheriff dice al vernos mientra se acomoda en su silla. —¿A qué se debe el honor?— nos mira fijamente a las cuatro.

—Tengo algo que te puede ser útil para la investigación— me acerco hasta su escritorio con una pequeña sonrisa.

—¿Qué eso?— él se inclina hacía delante totalmente interesado. Parece que llamé su atención.

—Antes de decirte...— recorro con las puntas de mi dedo el contorno del escritorio hasta llegar a la esquina dónde están los expedientes de las chicas. —Necesito que les digas algo a Laura, Lucía y Kim— digo mientras señalo la carpeta de Poché. —Quiero que les digas todo lo que sabemos de María José y su desaparición— cada vez que menciono sobre eso, siento un nudo en la garganta, pero eso no me va a detener a seguir hablando. —Es importante.

—Sabes que no puedo hablar sobre eso— se cruza de brazos con un semblante serio. Ahora parece menos convencido de querer escucharnos.

—Son de confianza— alego mientras me recargo en el escritorio con mis dos manos sobre el. —Además vine para que les confirmes que está haciendo El Profeta, yo ya les conté todo— confieso y el ceño de él se frunce.

—¿Es en serio?— pregunta y yo me encojo de hombros alejándome. Su mirada se convierte a una desaprobatoria. —Bien, ¿y a mí de qué me sirve decir información qué se supone qué es confidencial? No es muy bueno regar información sobre él...

—Se qué es difícil confiar pero... puedes hacerlo con nosotras— Kim habla llamando la atención de todos en la oficina. —Solo queremos saber que pasa con María José y si hay una posibilidad de qué ella esté bien— murmura lo último.

—¿Y de qué información hablan qué me pueda ayudar a mí?— nos interroga mientras posa su mentón sobre sus nudillos.

—¿Pero sí les dirás?— contesto desconfiada.

—Dependiendo de lo qué ustedes me digan— dice con una leve sonrisa.

—Cuando Calle nos contó todo...— empieza a hablar Laura. —Nos dimos cuenta de algo— ella parece dudar si seguir o no hablando, así que Lucía continúa.

—Creemos saber quién está detrás del Profeta— añade dejando la oficina en silencio.

Hudson se queda varios segundos mirándola con expresión sorprendida, pero después cambia a una normal.

—¿Lo qué dicen es verdad? No quiero perder mi tiempo en suposiciones...— dice aún sin estar convencido. Yo bufo de la frustración.

—Tienen una foto de él— menciono llamando su interés. —¿Y adivina a quién tienen ustedes para identificarlo?— sonrio victorioso al verlo ahora si un poco más convencido. Los dos sabemos a quien nos referimos.

—No les diré mucho— comienza a hablar y yo suspiro aliviada. Por fin.

—Solo necesito que ellas lo sepan lo que sucede— digo y él asiente.

—Desde la reciente desaparición de... mi hija— esto lo dice con dificultad. —Llegamos a una conclusión de que las desapariciones de todas las chicas a lo largo de estos casi cinco años están conectadas— para este entonces, Laura y Kim ocupaban las dos sillas frente al escritorio de Hudson mientras que Lucía y yo dábamos pequeñas vueltas sobre la oficina escuchándolo atentamente. —La primera chica fue María José Garzón el 08 de Agosto del 2014— suspiro al escuchar su nombre.

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