Capítulo 30

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**Vocabulario de Ava: Un macello, es un desastre, un matadero, etc. Se pronuncia: mashelo. Disfruten!!

A esa clase llegué segundos antes de la hora a propósito y me senté en el primer asiento libre que encontré en la fila delantera. Fue sencillo evitar a Derek los días anteriores porque no teníamos clases juntos, pero tocaba Filosofía y no quería tener que lidiar con él exactamente. Así que, como cualquier persona normal y madura, lo ignoré. Tenía un plan: apenas terminara la clase, saldría del aula y escaparía. No era a prueba de balas, pero al menos contaba con él.

Cómo había planificado, Merino finalizó la sesión y empecé a acomodar mis cosas en el bolso. Era ahora o nunca. Me lo colgué del brazo y empecé a caminar con paso acelerado hacia la puerta, pero un brazo me obstaculizó el escape apoyándose en el umbral, un brazo que conocía y era muy intimidante.

—Me estás evitando —habló a mi costado.

—No es cierto —desmentí antes de intentar salir, pero se interpuso del todo en mi camino y paró frente a mí.

—Pensé que no te gustaban las mentiras —advirtió logrando que tenga que contener una sonrisa.

—Estás jugando sucio —dije levantando la mirada para encontrarme con la suya.

—No tienes la menor idea —me informó agachándose hacia mí. Pensé que me besaría, pero jaló mi bolso y me lo quitó.

Chillé, pero ni se inmutó.

—Vamos —dijo divertido retrocediendo sin darse la vuelta.

No pude evitar recordar la primera vez que me llevó al acantilado con aquella misma estrategia. Las cosas habían cambiado tanto desde ese día.

—¿A dónde? —pregunté frunciendo el ceño. Él solo se encogió de hombros y apretó los labios. —Uff, me vas a volver loca —gruñí acercándome.

Salimos de la facultad y entramos al mismo coche que había utilizado el día de la carrera, no el que conocía. Con una melodía de fondo, recorrimos autopistas que reconocí de inmediato; sin embargo, a diferencia de la vez pasada, el sol se estaba ocultando y el cielo estaba pintado de tonalidades moradas y anaranjadas que lo hacían parecer como una pintura. Era realmente precioso. Estábamos a mediados de octubre y los días terminaban cada vez más temprano.

Después de más de una hora de viaje, cuando el cielo ya estaba completamente oscuro, llegamos a la pista abandonada en la que había estado el sábado pasado. Entramos por el mismo camino que con Liv, pero en vez de estacionar allí, continuó y llegamos hasta la pista.

Cuando se detuvo, bajamos y él rodeó el coche hasta mí. Un hombre de cabello corto, piel clara y musculoso, demasiado, se nos acercó y saludó a Derek con un movimiento de cabeza.

—Buenas noches, señor Keller.

¿Señor Keller? No pude evitar reír, pero la oculté para no demostrarla.

—Hola, Greg —dijo el castaño tomándome de la mano—. Mi novia y yo nos quedaremos un rato. Puedes irte.

¿Novia? La risa cesó y fue reemplazada por una abertura de ojos bastante exagerada, pero por suerte no pareció percatarse. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Había entrado a una realidad alterna? ¿Crucé por una grieta en el tiempo como en Dark? Porque parecía que sí.

—De acuerdo. —El hombre enorme se despidió nuevamente con un movimiento de cabeza y desapareció en cuestión de segundos.

—Ven —me pidió jalándome hacia el centro de la pista con una sonrisa que no parecía tener la intención de desaparecer.

ALBA © [Disponible en físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora