Capítulo 22

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Narra Leire.

Al abrir los ojos me encuentro en una habitación oscura, ¿Dónde estoy? En los brazos de Ismael. Deben ser las diez de la noche mínimo, giro la cabeza hacia Ismael y esta profundamente dormido, los labios entreabiertos, las mejillas coloradas por los moratones, una capa de sudor por su frente. Me zafo de sus brazos y salgo al pasillo en busca del cuarto de baño, está justo al lado de su habitación, pared con pared, el cuarto de baño no era muy grande, cuando me estaba lavando las manos Ismael ha empezado a hablar casi a voces. Salgo corriendo y entró en la habitación.

-Sueltala, no, no, trébol.-Se retorcía en la cama estaba soñando.

-Ismael despierta, estoy aquí, por favor, despierta.-Dije agitandolo por los hombros. Cuando se despertó abrió lo ojos de par en par, en ellos había miedo mucho miedo.

-Tranquilo, era una pesadilla.-Dije acariciando su mejilla.

-Te.... fuis... no...-Dijo en un susurro.

-Estaba en el baño.-Me eché a su lado y me abrazó muy fuerte, como si me fuera a escapar.

Mi cara enfrente a la suya, yo seguía pasando las yemas de mis dedos por su mejilla. Estaba tiritando.

-Tranquilo mor. Todo está bien ¿Si?

-Soñé que mi padre te pegaba, el hombre del que te defendí era el. Pero no podía separarte de él, algo no me dejaba acercarme a ti.-Dijo con los ojos llorosos.

-Pero estoy bien, todo era un sueño. -Nuestras caras estaban tan cerca que nuestro aliento podía mezclarse. En ese momento alguien dice:

-He vuelto antes de tiempo.-Fue alguien en el piso de abajo, Ismael se levanta de golpe.

-Mi padre, no puede verte aquí.

Se supone que no volvía hasta mañana.-Dijo alterado de un lado al otro de la habitación.

-Saldré a escondidas.-Dije saltando de la cama.

-No, no, mierda, todo por mi culpa.-Dijo con los ojos entristecidos.

-Ismael, calmate -dije cogiendo su cara entre mis manos- saldré cuando esté despistado, o dormido. ¿Si?

-Está bien... ¿pero cómo?-Preguntó.

-Bajas lo entretienes y yo aprovecho para salir, ¿de acuerdo?

-Si. Venga vamos, tienes que salir de aquí.-Dijo cogiendo mi mano.

Salimos al pasillo, bajamos la escalera hasta la mitad.

Cuando diga " Hola papá" sal, corre, no te detengas aunque oigas algún golpe o insulto... hasta llegar a casa. ¿De acuerdo?-Dijo tan bajo que solo yo pude oírle. Asentí.

-Bien, nos vemos trébol. -Dijo besando mi mejilla.

Ismael bajo el resto de la escalera, estaba muy nerviosa ¿y le daña por mi culpa? Mi corazón latía tan fuerte que temía que me escucharán.

"Hola papá" en ese instante eché a correr sin mirar atrás, eran ordenes, abrí la puerta y la cerré muy despacio. Corrí hasta mi casa, me senté en los escalones del porche abrazando mis rodillas.

Esto no es normal, ese hombre tiene que ir a la cárcel, no puede pegar a su familia, no puede hacerle eso a Ismael. Todos los moratones, todos los golpes, parece tan fuerte, pero es incluso  más débil que yo.

Antes de darme cuenta tenia la cara llena de lagrimas.

Me las limpié y entré en casa.

-¿Que tal la cita?-Dijo Joel.

Una mala jugada en el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora