-Esperen, antes de que todos crucemos iremos yo y… tú, chica valiente – me señala a mí con su dedo, no tengo problema en ir, de echo quiero saber que hay fuera, y ver cuál es el mundo que debemos afrontar o la ilusión o espejismo o lo que sea que nos vallamos a encontrar allá afuera.

Avanzamos despacio, no tenemos nada con que protegernos en caso de que algo ocurriera, cruzamos la salida y nos vemos ya en el exterior, lo único que nos rodea es un bosque oscuro y realmente frio, el viento sopla fuertemente y algunas plantas son reprimidas contra el suelo. Todo afuera parece realmente tenebroso.

Carl llama a los demás, les dice que es seguro pero a mi nada de esto me parece seguro, quizá lo que quiso decir fue “vengan aun no es tiempo de morir”. Tengo un mal augurio de todo esto, está demasiado silencioso y se encuentra todo el alrededor en brutal armonía.

-Bien, tu, tú y tu, busquen algo de leña, afortunadamente tengo el encendedor que utilizo normalmente para prender mi cigarrillo así podremos encender algún fogata para tratar de contrarrestar este maldito frio. Solamente procuren no alejarse mucho.

Los árboles  que se encontraban a nuestro alrededor  eran gigantescos, pocas veces miras arboles tan grades y tenebrosos, todo el lugar está en completo silencio, las personas que estaban con nosotros procuraban hablar poco, me senté en un pequeño tronco medio podrido que estaba cerca, vi que Carl se paró y miro al cielo; incluso el en momentos como este parece tener sus dudas sobre el mundo, sobre nosotros y ha de estarse haciendo cientos de preguntas en su mente, cuestionándose y dejando todo en su mente nada más, sin respuesta. Me inclino hacia mi costado derecho y me recuesto sobre la raíz de un árbol, por el momento nadie tiene hambre, eso parece, yo no tengo hambre y no hace mucho comimos, fue como si planearan ponernos a comer para luego decirnos: “Sobrevivan” .Veo a Carl caminar hacia mí, se detiene a cierta distancia y me dice:

-Solía mirar las estrellas con mamá, ella decía que muchas veces mirar las estrellas era como dejar tu mente en blanco, te refrescaban el pensamiento y hasta podías resolver y encontrar respuestas a preguntas que creías que no tenían cosa semejante. Pero un día apareció un hombre de negro con un maldito olor a azufre a su alrededor, en la puerta de mi casa, entró y le disparo a mamá, yo estaba en el cuarto de arriba jugando videojuegos, escuché el disparo y baje rápidamente las escaleras y allí estaba ella, tendida en el suelo con un charco de sangre a su alrededor. Fue estúpido lo que hice, no traté de matar al hombre, me quede parado allí, sin mover un solo musculo, no podía moverme y el miedo me hacía temblar, papá se encontraba cortando el césped, tal parece que a él lo mataron antes que a mamá, en la cocina había un cuerpo, solo el cuerpo…su cabeza…

Carl comenzaba a temblar mientras relataba todos estos acontecimientos, su mirada estaba fija hacia el bosque y no paraba de temblar.

-Luego logré moverme, quise ir y matar a ese hombre con todas mis fuerzas, maldita sea, di un paso y de repente sentí alguien aproximarse por detrás mío, me dio un fuerte golpe en la cabeza y todo mi vista se nublo y creo que estuve inconsciente un par de días. Luego desperté en un sótano oscuro sobre una camilla con sábanas blancas, una mujer de cabello negro se acercó a mí, anoto algo en una libreta que llevaba, yo aún no lograba levantarme y fue un gran esfuerzo haber recobrado el conocimiento. Me sacaron de allí y me llevaron por un pasillo, un hombre extraño apareció y simplemente me dijo: “Tu vida no es lo que crees que era, no eres lo que te han hecho creer hasta el momento y tus padres nunca lo fueron, felicidades has sido elegido para dar inicio a este programa, eres especial”

En el momento preciso en que Carl dijo “eres especial” supe que no había sido la única, no podía serlo, a Lisie no le dijeron nada semejante, solo a mí y ahora que lo sé también a Carl. Carl continuo contándome su historia hasta el momento en que llego a la sala de comedor, los disparos, la puerta que daba a un extraño pasillo detrás nuestro, y cuando me conoció, si así se le puede llamar.

Los chicos encargados de traer la leña volvieron luego de unos minutos, traían unos cuantos palos y astillas, lo necesario para encender una buena fogata, con el relato de Carl había olvidado que sentía frio. Sin embargo, debo aceptar que me sorprendió y me dejo pensativa el hecho de saber que mataron a sus supuestos “padres” frente a sus ojos. Es una experiencia que realmente no me gustaría vivir, cielos.

Encendimos la fogata y todo fue de maravilla, empezaba olvidarme de mis malos presentimientos. Mientras trataba de dormir escuche claramente unos gritos de pánico que se extendieron a lo largo del bosque, Carl se levantó en un instante y ambos tratamos de agudizar nuestros oídos para lograr escuchar algo más, de nuevo los gritos y una vez más volvían a escucharse. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y empecé a caminar tratando de llegar al lugar del cual provenían aquellos gritos. Antes de seguir mire hacia atrás y Carl estaba pisando mis talones casi encima de mí le hice un gesto de silencio con el dedo,  él se dio la vuelta para decirle algo a las personas que venían con nosotros, entonces note que tardo un momento, le espere y al instante me miro y me dijo en un susurro:

-¿Dónde está tu amiga?

¡Lisie!, me agité y aceleradamente mire entre las personas, Lisie no estaba allí. ¿Acaso se había levantado y caminado sola por el bosque a estas horas de la noche? El solo pensarlo me hacía estremecer, le lance  una mirada a Carl y ya él debía saber lo que iría hacer.

-Oye oye espera, no puedes ir así porque sí, tenemos a otras personas con nosotros y no podemos abandonarlas.

-Le prometí que la protegería, así que no me importa nada más que eso, protegerla – los gritos volvían a escucharse – si el problema son los demás, que todos vengan y listo.

Di una vuelta y comencé a correr hacia donde provenían los gritos, unas cuantas ramas se interponían en mi camino y alguna de ellas me corto la mejilla levemente. De nuevo los gritos, cada vez más cerca, empezaba aproximarme cada vez más, otra vez y los escuche casi en mis oídos. Escucho alguien tosiendo fuerte y bruscamente, camino despacio tratando de no pisar las hojas del suelo para no generar ruido alguno que pudiera delatarme, sigilosamente me acerco. Lo único que nos separa a mí y la persona que tose son unas cuantas ramas que me camuflan. Logro divisar su sombra y advierto algunos leves movimientos, no se mueve, está parado solamente ahí, inamovible. Tiene el cuello torcido y está mirando hacia abajo, uno de sus ojos está abierto y el otro…que demonios es eso; su otro ojo esta cocido con un alambre delgado que une ambos parpados. Su boca esta tapada pues tiene una rara mascarilla café con unos agujeros. Se mueve un poco más.

-!!!!!!!!!!!!!! –Los gritos se escuchan más fuerte, la cosa que está al frente mío aun no advierte mi presencia. Empiezo a moverme muy pero muy lentamente.

-¡Evee! – alguien grita mi nombre y lo único en lo que logro pensar es en Lisie. Avanzo un poco entre la arboleada y escucho los dientes de alguien al temblar, crujen provocando un sonido grave. Salgo un poco de los matorrales y me acerco, es Lisie, la encuentro y está bien, o eso supongo, aunque su cuerpo no deja de temblar con una mirada aterradora plasmada en su rostro. Me señala con el dedo hacia delante mientras esta acuclillada con su cabeza entre sus rodillas. Miro hacia donde me señala y veo algo moverse.

-Ah...Ahí…ahí hay algo…algo muer...Muerto. – me dice entre dientes sin dejar de temblar y esbozar su pavor. Camino hacia allí para comprobar lo que dice Lisie, una persona está colgando de un árbol… es….es el chico que antes había intervenido en la discusión entre Carl y yo, su cuello se encuentra hinchado y con un color casi morado, han cocido una de sus orejas con ese alambre, de nuevo ese alambre como en los ojos de aquella cosa que me encontré en el bosque. Escucho algo entre las ramas, me alejo un poco del cuerpo y una sombra fugaz pasa corriendo a mi lado.

-Evee, ¿dónde habías estado? Al fin te encuentro – Carl aparece por mi espalda, la sombra que vi cruzarse hace un momento desaparece y quedo algo confundida por esto.

-Encontré a Lisie, está ahí detrás…. – señalo con mi dedo hacia donde se supone debía estar Lisie… ella no está… desapareció.

-¿De qué hablas? No hay nadie ahí.

Los gritos vuelven a escucharse una vez más y esta vez verdaderamente aterran a los demás, ya no es una persona, se escuchan muchos gritos simultáneamente en todos los rincones del bosque.

Gritos en la Oscuridad.Where stories live. Discover now