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Leer bien para entender. Si te quedaste con alguna duda, soy muy feliz de responderla en los comentarios.

Skyler

Mamá estaba molesta conmigo, en su rostro podía verse, pero la preocupación parecía ser más fuerte. Yo me sentía culpable por ello, porque de no haber hecho el hechizo esa vez, hoy mi madre no tendría que dejar su trabajo y llevarnos de regreso a Hasser.

Luego de que Jason me dijera que el espíritu de Chase estaba en la casa, me rogó que le pasara el teléfono a mi madre o a alguno de mis hermanos. Sin preguntar nada (algo raro en mí), le pasé el celular a mamá y Jason y ella tuvieron una conversación que dejó alterada a mi progenitora: la forma en la que me observó en ese instante fue de qué carajos hiciste. Poco después mamá despertó a mis hermanos y nos sentó a los tres a hablar. A ellos les comunicaba acerca de mi metida de pata, a mí me reprochaba.

Cuando leí el primer grimorio, hice un hechizo, uno que, al parecer, no debí haber hecho. Trataba de hacer contacto con alguien querido, con alguien que no estuviera en el mundo de los vivos. Para que funcionara debía mantener la imagen de esa persona en mi mente y un objeto que le perteneciera, mientras pronunciaba las palabras extrañas que el libro contenía. Así que lo hice, y no conseguí ningún contacto con Chase, solo obtuve decepción porque eso quería decir que mis poderes estaban casi extintos y que no podría conversar con él frente a frente. Pero estaba equivocada, porque el hechizo sí funcionó. Tarde, pero lo hizo. Tuve un contacto real con Chase en uno de mis sueños, que es el lugar en donde el contacto se realizaría si llegaba a funcionar. Yo, como toda ignorante, creí que el contacto sería estando despierta. Y lo que el hechizo no especificaba es que esto primero necesitaba un sacrificio y que con quien quisiera contactar debía estar en el cielo y no en el infierno.

Sí, metí la pata, y muy feo. Contacté a un demonio, porque a pesar de que Chase tuviera en su mente todas esas memorias en las que ambos estuvimos juntos, no servían para ablandarle el alma. Porque él no tenía alma. Lucía como Chase, pero estaba lejísimos de ser el chico del que me enamoré. Este desalmado solo quería provocar dolor y engañar. Anoche, el hechizo de hace semanas, funcionó. Y vi al demonio de Chase.

Chase siempre fue muy... descontrolado. Las pequeñas cosas acaban fácilmente con su paciencia, tenía humor negro, actitudes que generaban ganas de golpearlo, y un pasado extremadamente oscuro. Pero tenía corazón y alma. Y ahora no. Podía darme una idea de cómo era el nuevo Chase, y no me gustaba para nada. Ahora, si él tenía alguna mala intención, nada podría detenerlo.

Al no respetar las reglas de un hechizo, las cosas malas suceden. Como este consistía en contactar a alguien del otro mundo, al no haber realizado un sacrificio en el proceso y haber hecho contacto con el infierno, formé una grieta. Un grieta entre el infierno y la Tierra. Chase tenía acceso completo a mis sueños, y si nosotros hacíamos contacto de piel con piel, él también tendría acceso completo a la tierra. Pero el contacto debía ser sí o sí intencionado por mí. Si él me tocaba no tendría el mismo efecto. Es por eso mismo que en mi sueño, una fuerza me jalaba o rompía cosas. Esa fuerza era Jason, quien estuvo metido en mis sueños. Suerte la mía que él estuvo ahí (no sé cómo ni por qué, pero supongo que era algo de brujos), porque de lo contrario, Chase habría logrado pisar la Tierra.

Las cosas que se rompieron y la ventana que se abrió claramente se oyó en toda la casa, pero mi familia no oyó nada de eso, únicamente mi teléfono sonando. Es muy raro, pero mamá creía que esos sonidos solo se oyeron en el punto medio, que es el de los sueños.

—Skyler, baja la ventanilla de tu lado. No hay aire en este auto -—me dijo mamá, y aunque yo no sentía lo mismo que ella, bajé la ventanilla sin protestar—. Gracias.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora