𝟣| 𝖭𝗈 𝗏𝗎𝖾𝗅𝗏𝖺𝗌 𝖺 𝗁𝖺𝖻𝗅𝖺𝗋𝗆𝖾

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Lx Aᴍᴇʀʏ

—Alexia, ábreme la puerta—

—Vamos, hija—

—Déjame entrar Lex—

Estaba en mi cuarto, llorando a mares, con la puerta cerrada con pestillo.
Mis padres y Jazz intentaban que les abriera, pero no iba a hacerlo.

Acababa de traicionar a los poges, a los míos.
Les había dado una puñalada por la espalda, y ahora no querrían verme ni en pintura.

He conseguido justo lo que quería evitar.
Soy una persona horrible.

Ellos contaban conmigo, sólo yo podía ayudarles.
JJ contaba conmigo.

—Alexia, venga, abre—

—¡Dejadme!—grité tapándome la cara con las manos—Por favor—

¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora?

Arreglarlo todo, claro, ¿pero cómo?

Tal vez podría hablar con los poges... y contarles que Ward me había amenazado.

Aunque eso es una mala idea porque, uno; no querrían hablar conmigo y dos; no podía contarles con qué me había amenazado.
Además me mandarían a la mierda antes de que yo pudiera explicarme, y con razón.

Y otra de las preguntas importantes; ¿por qué mi padre no quería que hablara?
Sé que es muy amigo de Ward, pero no entiendo nada.

La primera vez que está orgulloso de mi y es por mentir.

Me levanté de la cama y limpié mis húmedas mejillas, para después recoger mi cabello en una cola alta y ponerme una cazadora.
Eran las cuatro de la mañana y no hacía precisamente calor.

Pegué la oreja a la puerta y me aseguré de que no hubiera nadie.
Luego abrí la ventana y me senté en el alféizar.

Desde mi ventana, podía subirme a una de las ramas del roble que había en el patio, y una vez allí bajar hasta el suelo.

Salí de Figure Eight sin saber exactamente a dónde dirigirme primero.

Podía hablar con Rafe, pero no quería verle.
También podía intentarlo con JJ, pero le conozco, y no me escucharía. Kiara tampoco, y Pope menos.

Cerré los ojos durante un segundo y empecé a caminar.
Mi subconsciente me llevó a la playa a la que había ido el día que vi que Rafe se drogaba.

Como aquel día, me deshice la coleta y sentí como mi pelo se movía con el viento mientras echaba la cabeza hacia atrás.

Desvié mi vista al agua y sentí un nudo en la garganta al ver a alguien entre las olas.
Sabía perfectamente quién era solo por sus movimientos. Era JJ.

Cuando salió del agua y me vio, se quedó quieto con la tabla bajo el brazo.

—Solo necesito un minuto—dije con una mueca de preocupación.

El rubio sonrió con sarcasmo, pero borró la mueca rápidamente.
—No te mereces ni medio segundo—

Miré al suelo.
—Lo sé—asentí—Pero creo que debo explicarme—

—¿Por qué no se lo explicas a la poli?—
Pasó a mi lado y caminó hasta dónde estaba su mochila.

—JJ—me giré hacia él—Por favor—

Él se puso una camiseta y cogió su bolsa.
—Alexia, no vuelvas a hablarme. Olvídame—

Cogí un poco de aire, intentando no llorar.
—Por favor—repetí.
Era lo único que podía decir, no tenía ni un solo argumento.

JJ dio un paso hacia mi y frunció el ceño.
—No te acerques a mi—dijo—Nunca—

Se fue de allí chocando su hombro con el mío, con rabia.

Cerré los ojos de nuevo y dejé escapar una lágrima.
Me di la vuelta, pero JJ ya se había ido.

No iba a escucharme.
Ninguno lo haría.

𝖥𝗂𝗋𝖾 [𝖩𝖩 𝖬𝖺𝗒𝖻𝖺𝗇𝗄]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora