¿QUÉ QUIERES?

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—¿Qué? — preguntó sorprendida— pero, pero, no puede hacerme esto— me dijo y extendió sus brazos hacia mí.

—¿Y ella si puede traicionar a la Capitana? — le preguntó Nicolás a Vadik de forma mordaz.

—Contrataré a alguien más para que ocupe tu lugar y no tengan problemas el personal de la cocina— cerré mis ojos— es todo— dije y me di la vuelta

—¡Señorita Julietta, por favor! — escuché que decía a mis espaldas— ¡no puede hacerme esto, la cocina es mi vida!, ¡usted es mi vida!

Los chicos cerraron la puerta.

Cerré mis ojos y fruncí el ceño, las cosas cada vez se tornan más confusas.

***

—Capitana, ya es hora— me dijo North

—Gracias— agradecí acomodando unos papeles— ya acabé con este tomo, puedes llevártelos.

—Si— me sonrió— He, ¿capitana?

—¿Sí? — pregunté parándome

—Yo... — sus mejillas se sonrojaron y después carraspeó— suerte— me sonrió

—Gracias— dije confundida.

Hice un portal y me dirigí hacia el castillo.

Hoy Dukag Kira nos habían citado a mi padre y a mí para decirnos sobre el compromiso, estoy nerviosa, la verdad no sé sabe qué esperar de la familia Kira.

—Todo estará bien— me dijo mi padre

—Eso espero— dije y sujeté su mano a lo que el en respuesta me la apretó ligeramente.

Entramos a la sala, quienes estaban ahí eran Dukag, Damnatio y supongo que su madre, cielos, sí que imponen.

Nos invitaron a sentarnos en una mesa redonda bastante grande, el orden era este: Mi padre, Madre de Damnatio, Dukag, Damnatio, y yo.

—He hablado sobre el compromiso con mi cuñada y sobrino— dijo Dukag— creemos que sería una buena idea.

Sentí un escalofrió por mi espalda, no pensé que aceptaran.

—No estaba buscando algún compromiso— habló Damnatio— pero entiendo que como todo miembro de la realeza debo someterme a compromisos arreglados— me miró de soslayo.

—Hemos llegado a una conclusión que — dijo Dukag después de carraspear—, el compromiso se aceptará siempre y cuando está semana la señorita Julietta y Damnatio se conozcan y vean si son compatibles.

—¿Qué? — dije por debajo

—Mi hijo está dispuesto a aceptar la idea de los compromisos arreglados, pero tampoco quiere que lo enlacen con alguien con quien no se entiende en absoluto— habló la madre de Damnatio.

—Bueno, en eso estamos de acuerdo— dije seria

—¿Cuántos años tienes? — me preguntó Damnatio

—Tengo veintitrés años— me crucé de brazos

—Bueno, no eres vieja — dijo fríamente

—Entonces el compromiso se llevará acabo siempre y cuando en esta semana ambos encuentren algo en común— reafirmó mi padre

—Así es— habló Dukag

—Está bien, nuestra familia ha quedado de reunirse en una semana — dijo mi padre sonriendo— planeábamos que para entonces Damnatio estuviera presente.

—Todo depende de Julietta— dijo la cuñada de Dukag

—Todo depende de los dos— corregí a lo que ella me miró ofendida

LA DESCENDENCIA DEL ÁNGEL| NOZEL/ FUEGOLEONOnde histórias criam vida. Descubra agora