3. cena y esperanza

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Luego de la película de ayer pasamos el resto de la tarde y parte de la noche con Bill, hablamos sobre mi empleo en Nueva York y lo divertido que sería decorar mi nuevo departamento a mi gusto. Scott dejo muy claro que podía llamarle si alguien se atrevía molestarme o coquetearme ya que yo era como su hermana. Eso dolió.

-entonces señorita Prescott ha decidido aceptar nuestra propuesta? -

-Así es señor Jameson, solo tengo una pregunta ¿cuándo se supone que me mude? -

-en dos meses señorita Lana, se acercan las vacaciones por lo que puede tomar estos dos meses para estar con su familia, aunque antes de integrarse al trabajo lo mejor es que consiga un lugar donde quedarse y traer sus cosas en estos dos meses- yo suspire, dos meses, eso era todo lo que tendría con Bill y Scott. No tenía familia, pero me abstuve de decirlo, Bill y Scott lo eran.

-nos veremos en dos meses entonces señor Jameson- me despedí y este igual.

Di un largo suspiro, tengo dos meses para estar con Scott y Bill. Aún seguía en mi cabeza si debía decirle sobre mi sentimientos, pero eso no era prioridad en estos momentos, debía decirles que había aceptado el empleo, y que mejor que una cena. Me vestí con un jean con dos aberturas en las rodillas y una simple camisa blanca de seda sin mangas y un lindo bordado de encaje en la parte de arriba, un lindo abrigo de jean y unas zapatillas abiertas de color blanco y todo lo acompañé con un cinturón marrón. Iría a decirle sobre la cena de hoy a Scott.

Entre en el auto y puse música aleatoriamente y como si fuera una burla comenzó una canción romántica de la cual pasé con un manotazo en la radio, ya era bastante difícil esta situación como para añadirle el sentimentalismo, debía decirles sobre mi escaso tiempo con ellos como para pensar en confesarle a Scott sobre mis sentimientos. Han sido años de cobardía.

Estacione frente a la empresa y baje. Subí al tercer nivel donde trabajaba Scott frente a la oficina de Abby, la cual había decorado yo. El escritorio de Scott era amplio y de madera pintada de negro, era alto, lo suficiente para que solo se viera solo su rostro. Sali del ascensor en el momento justo para ver una chica hablando con Scott, era una chica de talla grande, tenía el cabello negro y llevaba un ajustado vestido color verde que lo había visto antes. Claro, la colección de Abby tenía unos tacones altos, lo suficiente para hacerme ver pequeña a su lado, aunque aún sin tacones lo lograría, soy realmente bajita. Me quede estática en mi lugar mientras ellos hablaban animadamente y no fue hasta ver como Caleb, el amigo de Abby se acercaba que yo también me acerque.

-hola-salude y todos me miraron rápidamente, fue la mirada de Scott la más intensa que sentía.

-hola, Lana no? -yo asentí y él sonrió y me tendió la mano, se la estreche y la chica a su lado imito nuestra acción -yo soy Caleb, socio de Abby y ella es Arabella nuestra modelo estrella- ella se sonrojo ante el título y tomo la palabra.

-solo soy modelo- yo le sonreí enternecida, su voz tierna y baja no iba con el aspecto que mostraba de mujer sensual, aunque tenía claro que ella podía ser ambas, era hermosa, su cabello negro caía sobre sus caderas lacio, tenía unos ojos tan azules como el mar y su tez morena no hacía más que acentuar el color de ellos, era casi perfecta.

-me encanta tu vestido y no seas modesta, eres preciosa, el título es bien merecido-ella se sonrojo aún mas y me sonrió amable.

-vamos, tú eres preciosa, Lana no? -yo asentí ya un poco ofendida que no supieran mi nombre, pero alagada por su alago -Scott es muy afortunado de tenerte, tu ternura te hace aún más hermosa, ya entiendo porque tienes loco a Scott- yo la mire sin entender y luego mire a Scott quien estaba tan sonrojado sé que se podía confundir con un tomate -estábamos hablando de ti antes de que llegaras-

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