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-he visto a Volkov, tiene cara de niño asustado- dijo Adelaida riendo mientras pintaba las uñas a su hermano. Gustabo soltó una carcajada mientras miraba cosas en él móvil. -no se como le puede gustar a Horacio ese hombre- dijo él mayor y él crestas rodó los ojos -no todo es él físico hermano, importa mas él interior- dijo la pequeña mirándole. -pues mañana que se declare. Con un sencillo "me gustas, ¿te gusto?"- dijo él del abrigo rojo mientras él crestas se sonrojaba y se ponía nervioso. -¿como?- dijo él mediano mientras se secaba las uñas. Adelaida cerró los botes de pintauñas y miró al mayor. -no creo que sea buena idea. Lo mejor es que hable de corazón. Y con tranquilidad.- la menor se levantó del sofá para guardar él pintauñas. -es mejor directo, así las cosas se dejan claras- dijo él mayor cogiendo un botellín de cerveza. Adelaida rodó los ojos y él crestas seguía en él sillón rojo como un tomate.

-¿podemos dejar de hablar del tema?- dijo un Horacio súper rojo. Los dos hermanos rieron y fueron a hacer sus cosas.

Eran las ocho de la mañana y Adelaida ya estaba en la sala de tiro, recargando la pistola que la dieron anteriormente. Conway estaba atento a todos los posibles fallos que podría tener la chica. Adelaida empezó a disparar, acertando la mayoría de los tiros. Había superado a Mortadelo y Filemón con un total de noventa y cinco aciertos. Conway se quedó impresionado, nadie de la maya, excepto él y Volkov, tenían una puntería tan buena.

-bien muñeca, estas en él cuerpo, ven mañana o pasado a por tu uniforme- dijo Conway. -esta bien superintendente. Hasta mañana súper- dijo mientras salia de aquella sala y se dirigía al aparcamiento. En él camino vio a Gustabo en la puerta, se extrañó al no ver a Horacio. -¿y Horacio?- dijo la menor, Gustabo la miró. -declarándose a Volkov. Le ha soltado de sopetón él me gustas, te gusto y están hablando en él despacho.- la menor se echó las manos a la cara.

Adelaida suspiró y después miró a su hermano mayor. -te veo en casa, no ve diciéndome como esta Horacio...- dijo la pequeña, Gustabo asintió y la sonrió. -claro, te vemos esta tarde-

La chica anduvo por la ciudad en busca de un badulake, tenia hambre y estaba algo alejada de casa. Pasó por enfrente de un grupo de jóvenes de su edad, agachando cabeza. Eran un coralillo de veinte jóvenes fumando y bebiendo, a Adelaida no le agradaban ese tipo de personas.

-miren a esa pardilla, seguro que tiene pasta para las bebidas- dijo una chica mas alta que Adelaida. Él grupo se giró mirandola, Adelaida trató de dar marcha atrás pero ya estaba rodeada. -coger todo lo que tenga, y de paso.... Le enseñáis que esta calle es nuestra.- dijo la misma chica, esta vez haciendo que él grupo se acercara para inmovilizarme. Un chico puso una navaja en él cuello, otro buscaba la cartera y cuatro chavales mas la sujetaban de pies y manos. Al cabo de un rato encontraron la cartera de la chica, pero al ver que no tenia nada la tiró por los aires. Él se la navaja se apartó dejando al matón frente a la niña.

-así que no tienes dinero ¿ehh?  Pues bien, toma esta- acto seguido Adelaida recibió un puñetazo en todo él estómago, y sucesivamente, una lluvia de paradas y puñetazos la cayeron encima.Despues de media hora, dejaron a la chica en paz yéndose de aquella calle por si acaso venía la policía. Adelaida, con dolor, se levantó y esta vez fue para casa. Allí se curaría los moeretones.

-ya estoy en casa....- dijo la menor, pero él llanto de su hermano mediano hizo que le prestase atención. Adelaida al verle en aquel sofá llorando y abrazando al cojín, fue corriendo olvidándose de su dolor. -Horacio, ¿que paso...?- dijo preocupada y abrazándole. EL crestas la abrazó fuerte llorando, Adelaida le abrazó a pesar de estar dolorida por la paliza. -Volkov... Volkov me rechazó...- Dijo mojando la sudadera de la hermana. -Horacio... mirame...- Dijo cogiéndole la cara, sabía que su hermano era muy sentimental y que lo estaba pasando mal en ese momento. Horacio la miró gracias a que la pequeña le cogió la cara. -tranquilízate, ¿vale? no mereces llorar por un tio que no te valora....- Dijo mientas le quitaba las lagrimas a su hermano mayor. -vamos a hacer una cosa, vas a lavarte la cara y vamos al hospital, ¿vale? así mientras a mí me curan, tu ves a doctores. a ver si Claudio está en consulta hablas con el- Dijo la niña sonriendo y Horacio asintió, ya observando los hematomas que tenía esta. -¿qué te ha pasado?- Dijo por fin el crestas, la hermana sonrió. -no es nada hermano, ahora vamos al hospital a ver que tengo y de paso vemos que tiburones hay por ahí, ¿vale?- Dijo la menor y Horacio asintió sonriendo. al rato ya estaban en el hospital.

-¿que te ha pasado?- Dijo el doctor muerte llegando a atenderlos, Horacio sonrió mirando a Claudio. -una pequeña pelea, solo puñetazos- Dijo la pequeña. Claudio rodó los ojos y la puso una pomada, mientras Horacio trataba de ligar con el. Adelaida veía que estaba funcionando su plan, estaban los dos congeniando muy bien. Cuando Claudio acabó, los dos hermanos se despidieron. 

-Adelaida... corre...- Dijo una mujer, para despues gritar por el sonido de una pistola disparada. Adelaida se despertó de nuevo llena de sudor y asustada. No sabía quien era esa señora, ni tampoco sabía por qué soñaba aquellas cosas. Se levantó de su cama para ir al cuarto de Gustabo abrazando a su oso de peluche. El mayor la miró y suspiró. -¿otra pesadilla?- Dijo Gustabo y la pequeña asintió. -anda.. ven aqui...- Dijo dejando hueco. La pequeña se tumbó al lado.

-aquí tienes tu traje, tu placa y una radio, ve a cambiarte al vestuario y ves con Greco a un 10-33- Dijo el superintendente mirando a Adelaida. Esta asintió y fue para abajo, allí fue al vestuario y allí se cambió rapidamente. A los pocos minutos salió y vio a Greco en la puerta de comisaría. Este la miró de arriba a abajo riendo. -¿así que tu eres la hermana de Horacio y Gustabo? No tienes pinta de ser tan chunga.- Dijo el barbudo y Adelaida rió. -Si quiero puedo llegar a ser mas mala que ellos, que llevo diecisiete años con ellos- Dijo riendo.

-¿y como conociste a Mortadelo y a Filemón?- dijo Greco mientras conducía por paleto. Adelaida suspiró, puesto que le costaba recordar ese día. -no me acuerdo muy bien... Pero según Horacio, me vio en un callejón oscuro de madrugada, señalé él cielo cuando md preguntaron por mis padres y acepté ir con él a casa. Pero no recuerdo nada...- dijo la niña y Greco la miró. -¿no recuerdas como llegaste a allí?- dijo él comisario y Adelaida negó. -no recuerdo ni a mis padres. Dicen que puede ser amnesia, pero no se sabe- Dijo Adelaida mientras Greco giraba para seguir con el 10-33.

-vamos a pillar algo en el badulake, es hora del descanso- Dijo Greco sacando la llave del contacto. Adelada asintió bajando del coche para dirijirse hacia la puerta del badulake, Greco era mas rápido y ya estaba adentro. Justo cuando escuchó él sonido de una pistola recargándose, Adelaida rápidamente sacó la pistola girandosd sobre sus talones y apuntando al sujeto. Los dos, dispararon a la vez, impactando la bala del contrario en sus cuerpos. Él tirador había sido abatido, pero Adelaida estaba en camino. Puesto que aquella bala impactó un poco mas abajo de su homoplato dejando caer sangre de la herida. La niña pronto lo miró y se quedó en shock, otro flashback volvería a su mente...

-a la cabeza, así él ladrón morirá y no Robaría mas- dijo un niño pequeño pero no mas que Adelaida en aquel entonces. -esta bien...- dijo la niña apuntando a un niño mas alto que ella y él anterior nombrado. Este estaba con las manos levantadas, la niña sostenía una pistola de juguete. Justo cuando hizo que disparaba, algo atravesó la frente del mayor haciendo que se cayera al suelo. Su frente estaba lleva de sangre y no respiraba, definitivamente estaba muerto por una herida de bala....

Adelaida se despertó en una camilla de hospital llena de vías y con él torso dolorido. A su lado estaban sus hermanos, Gustabo dormido y Horacio mirándola fijamente. Él crestas al ver que se despertaba, la abrazó. Cosa que produjo un poco de dolor a la muchacha puesto que seguía con la herida abierta. -Por fin despiertas, llevas unas horas delirando...- dijo el mayor mientras gustabo se despertaba. Adelaida resopló, recostándose en la camilla. -otra vez tuve sueños extraños.... Pero esta vez ha sido distinto...- dijo la niña, crestas la revolvió el pelo. -será de los medicamentos, no te preocupes...- dijo y Gustabo la miró. -¿que se siente al recibir tu primer disparo?- dijo y Horacio le miró mal. En cambio, Adelaida empezó a reír. -pues dolor, no van a ser cosquillas- dijo la pequeña entre risas.

Con Ellos (rolplay y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora