El mundo está lleno de mensajes que no llegan, de sonrisas que se apartan, de felicidad que se arrepiente, de ríos que se secan y dunas que se estancan, de ideas que se agotan, de noticias que te explotan, de confesiones encasquilladas e ilusiones que atragantan. De prosas que riman, poemas que chirrían, y la creatividad en una esquina viendo bailar al dinero, que excita.
Hay textos con vida, que te atrapan y se apoderan de ti, escribiéndose a sí mismos y utilizándote del mismo modo que tú utilizas un bolígrafo. Hay moscas que se escapan, hay mosquitos valientes, hay tigres sin dientes, hay leones sin zarpas, hay lentejas que se escabullen, hay garbanzos guardados desde octubre en un cajón de mimbre, llamando al león para que ahuyente al tigre.
Aviones que se caen, bicicletas que vuelan, cacahuetes que hablan, televisores que andan y se dan la vuelta para mirarte con desprecio, a la cara, sin dejarte opción a nada. También hay un puto parquímetro debajo de mi ventana que no deja de pitar y me tiene hasta los cojones. Que alguien lo reviente, por favor.
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Bozal
Non-FictionUn día, mientras estaba al pie de una montaña esperando a las luces, a los pájaros de la noche, para que iluminasen mi cabeza, encontré un trilobite que daba la hora cual reloj. Desde entonces, veo cacahuetes parlantes por todas partes; lo que ellos...