Capítulo 10.

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Nota inicial: Antes de comenzar a leer, les agradeceré que no dejen spoiler en los comentarios, por favor.

Han pasado semanas desde aquel encuentro extraño con Edmund, no lo he vuelto a ver y agradezco que sea de esa forma, pues su comportamiento errático me atemoriza un poco. Decidí no contarle nada a Liz o a mis padres, ya que no quiero asustarlos por una cuestión que seguramente fue pasajera.

Por otra parte, el príncipe aún no ha regresado de su viaje y la ciudad se ha quedado en manos de la reina Genevive, quien es la única integrante de la familia real que reside en el palacio.

En este tiempo además, las ventas de la perfumería se han incrementado considerablemente y es que aquella aparición en el periódico, en donde me relacionaban con el príncipe ha provocado que las personas se interesen en comprar el perfume Emily, para ver si así obtienen un poco de la suerte que ellos creen que tengo.

Despierto muy temprano en la mañana debido a unos golpes en la puerta, los cuales perturban mi sueño e inevitablemente terminan por levantarme.

- Mily, abre la puerta. - La voz de Liz suena urgente. - ¿Estas vestida?, ¿puedo pasar?

Esa es una gran diferencia entre Mia y ella. La primera se hubiese adentrado sin ningún reparo, mientras esta toma todas las precauciones debidas.

—Pasa. —Apruebo, levantándome de la cama.

Froto mis ojos con pereza mientras ella camina al interior, sosteniendo un papel en la mano, el cual agita con ansiedad.

- ¡Por Dios, Mily, péinate! - Exclama al verme. Toma de mi tocador un peine que luego extiende hacia mi.

- ¿Qué ocurre? - Pregunto, omitiendo su ligera insinuación de que luzco como un espantapájaros.

—Llegó el momento y no sé cómo pedirle el permiso a papá. Mañana a las cinco de la tarde es la fiesta de Daniel y sabes tan bien como yo que no me dejará quedarme en esa villa con él.

En estos días mi hermana ha ahorrado todo su pago de la perfumería para poder comprarle un obsequio al general Peterson e incluso fue a cambiar su boleto para costear el viaje y ahora lo único que le falta es la aprobación de papá, la cual no se ha atrevido a conseguir.

—¿Por qué esperaste hasta el último día?

—Porque si me dice que no, lloraré desde hoy y no desde los días anteriores. —Suspira, lanzándose a la cama.

—¿Tienes alguna idea que no incluya mentir?

—La verdad ninguna. ¿Qué podría decir para que no piense que voy a quedarme toda la noche con un hombre que apenas distingue en un lugar que no conoce?

Intento idear alguna estrategia para ayudarla, pero desafortunadamente nada se me ocurre. Parece que no soy buena para los planes.

- Así que quieres ir a ver a tu coronel.

Liz se levanta de golpe de la cama y yo me giro hacía la puerta sorprendida ante la voz infiltrada. Mia esta de pie en el marco, con una mirada traviesa que trasmite terror.

—¿Por qué escuchas conversaciones ajenas? —le reclama —. Eso es de muy mala educación.

—¿En dónde es la dichosa celebración? —Pregunta, omitiendo la reprimenda.

—En Coldtenhew, pero no me cambies el tema.

- Si mis 10 años de vida no me fallan y las múltiples visitas me dan la respuesta, estoy muy segura que una vez la abuela Clarise nos dijo que la villa Coldtenhew esta a media hora de su pequeño pueblo.

El perfume del Rey. [Rey 1] YA EN LIBRERÍAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora