Monarca: Capítulo 3 [Parte 2]

16.2K 1.5K 799
                                    

[Advertencia: El capítulo a continuación posee escenas con contenido sexual explícito y lenguaje vulgar. Si no te gusta o no estás de acuerdo con éstos temas, te recomiendo que dejes de leerla ahora mismo.]
       


Instantáneamente, después de mis palabras que profesaban una contradicción a mis verdaderos pensamientos, la mirada oscura del Monarca se posó de nuevo en mi rostro, observándome como si fuera una criatura mitológica con aquellos orbes fundidos en...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Instantáneamente, después de mis palabras que profesaban una contradicción a mis verdaderos pensamientos, la mirada oscura del Monarca se posó de nuevo en mi rostro, observándome como si fuera una criatura mitológica con aquellos orbes fundidos en deseo. Era yo consciente del rubor inhibido de aquélla zona, donde el calor sofocante me hacía respirar más rápido de lo normal y mis ojos brillaban por una excitación que no podía controlar. Me hallé avergonzado de tenerlo cerca, tanto, que podía atisbar aquellos diminutos detalles que hacían de su semblante austero, una atractiva contradicción.

Traté de apartar la mirada, ofuscado después de admirar por más tiempo de lo moralmente correcto su torso cincelado. Mi pecho se retorció con incomodidad al haber notado, una vez más, las cicatrices blancuzcas y burdas en su abdomen, que parecían ser hechas por la fiereza de una daga. 

«¿Quién le habría torturado tan cruelmente, para que su cuerpo se viera como un lienzo de marcas?» Me cuestioné sumamente intrigado, sintiendo el encendido sector de mi vientre sufrir en consecuencia por la imprudencia de ese planteamiento, así como el escozor en mis entrañas que se acrecentaba con cada segundo que transcurría.

No obstante; cada uno de mis pensamientos se diluyeron y volvieron un caos cuando, con dedos fríos y callosos, el Monarca posicionó su mano en mi mandíbula de manera brusca y dejó expuesto mi cuello hacía su dirección. Con la lentitud de un depredador se acercó y como si estuviera tanteando un terreno desconocido, acarició mi piel con su nariz. 

Mi nuez de Adán se movió bruscamente cuando tragué duro y mis manos temblaron a los costados de mi cuerpo, sin saber cómo reaccionar. No podía moverme y el hacerlo no entraba entre mis opciones. Indudablemente, parecía una estatua: inmóvil y sin poder respirar. El aroma del rey Min me mareaba, en una combinación extraña de miel y metal, que producía en mi sentido del olfato un cosquillao de gusto culposo, invitando a mis hormonas a despertarse eufóricas.

Con suavidad, tomándome desprevenido, su húmeda lengua salió con la agilidad de una víbora y dejó una casta lamida. Jadeé como una protesta, y mi columna se curvo contra su pecho desnudo sin yo poder detenerlo. Su otra mano viajó detrás de mi espalda, enredándose allí como una cuerda y apretándome contra su anatomía, manteniéndome en aquélla posición. Mis caderas se unieron a la suya, mi estómago se pegó a su abdomen plano, y la sensación que me embargó con esa maniobra, hizo a mis piernas vibrar. Él pareció sentirse satisfecho con la cercanía, puesto que abrió sus labios y mordió con cierto vigor una parte de mi cuello, sin romper la piel o desgarrarla de tajo, para luego su lengua jugar con la zona a su antojo.

MONARCA | YoonMin [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora