Capitulo 25.

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Espero que hayan comenzado de lo mejor con su 2015

Gracias por hacer mi 2014 un año único, con una nueva experiencia y un logro cumplido.
No me alcanzan las palabras para agradecerles cada voto, comentario y visitas, gracias por estar ahí.

Y ahora si...
¡Welcome to the final chapter!

***

Quietos, inmutados, paralizados.

«¡¿Que he echo?!»

Un pelirosa largó un suspiro con aliento frío.

Un azabache cayó de rodillas al suelo.

Un rubio se recostó en el húmedo suelo.

Y una castaña siguió intacta, en su postura atacante.

«¿Por fin...habrá acabado todo?»

Ninguno pronunció palabra alguna durante unos minutos.

Sus mentes trataban de procesar lo que sus propios ojos acaban de ver.

—No hacía falta...darle tan duro...

—Me dejé llevar...

La castaña abrió sus palmas dejando caer el tronco con el que había golpeado la cabeza de la reina. Contenía manchas de sangre esparcidas por toda su corteza.

La joven miro con melancolía al cuerpo tirado sobre el césped. Ese remordimiento no se lo sacaría nadie.

Aun sabiendo que lo hizo para salvar su pellejo y el de sus compañeros.

—¿No despertará, cierto?

—Con tremenda cortada en el cráneo lo dudo.

La castaña tragó saliva mientras fruncía el ceño.

El azabache se paró lentamente y se dirigió hacia la joven rubia que estaba recostada sobre la silla de madera, aún inconsciente.

La cargó en sus brazos y se dirigió nuevamente hacia el grupo.

—¿No era esto lo que estabais deseando hace tiempo?- Cuestionó el rubio, aún tirado en el suelo mirando hacia el cielo.

Gumball bufó y se levantó tendiéndole una mano al ojiazul que la aceptó con un quejido de dolor, todavía tenía abierta la herida de la bala.

—¿Que les queda a ustedes?— Preguntó Marshall, alzando con un movimiento rápido a Fionna, que se le hacía algo pesada.

Wade miró al pelinegro.—Sinceramente...nada.—Justine tocio haciéndose notar.— Sacando a Justine.— La nombrada se cruzó de brazos.— Mis padres me echaron de casa a los 18. Ellos querían que fuese abogado y un montón de cosas aburridas. Querían que fuese lo que ellos no pudieron llegar a ser, yo les di la espalda y seguí mi camino sólo, hasta que me encontré con Jus...— Reveló con nostalgia el rubio, abrazando por los hombros a la castaña que estaba algo sonrojada, pero algo eh.

Una historia más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora