Conflictos a bordo

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-¡Prepárense! ¡Cañones listos!

Esmeralda iba gritando de un lado a otro de la cubierta caminando con cierta pesadez.

-¿Se puede saber qué ocurre? -Zack corrió a su lado.

-Alguien a delatado nuestra ubicación -respondió la capitana a su segundo antes de girarse a seguir lanzando órdenes para el abordaje.

-¿De qué hablas? -la alcanzó de nuevo.

-¡Todos a sus posiciones!

Al girarse se encontró cara a cara con Zack quien la miró impaciente.

-¿Delatado? ¿Hablas de traición?

-¿Qué? No -la pirata lo miró extrañada -hemos hecho un error de maniobra o algo así y el barco se delató eliminando el factor sorpresa.

-Sigo sin entender.

-Ibamos a asaltar ese barco de mercancías -señaló al navío que intentaba alejarse.

-¿Por qué no me despertaste? -exclamó el pirata ofendido.

-Porque alguien se pasó toda la noche anterior cambiando pañales y llegó a las dos de la mañana demasiado agotado como para ayudar a dirigir un ataque a las seis am.

-Me has golpeado duramente en mi orgullo -bromeó Zack mientras se encaminaba al despacho para sacar los sacos -no creo que pueda perdonarte.

-¿Ah no? -la capitana sonrió atrapando en el aire el saco que su segundo le tiró y poniéndoselo en un instante.

-Claro que un aumento de sueldo siempre hace lo suyo.

Esmeralda soltó una carcajada y se adentró en el despacho para buscar su cinturón en el cual acomodó su daga y sus pistolas.

-Deberías considerarlo -insistió aún bromeando Zack -recuerda que ahora soy padre de familia. Tengo varias bocas que mantener -se lamentó teatralmente.

-Deberías mantener la tuya cerrada -sonrió burlonamente la pirata adelantándose hacia las sogas.

El barco pirata cada vez se acercaba más al de mercancías recortando a cada instante unos cuantos metros.

-¡Apunten! -exclamó la pirata.

Su voz retumbó en su navío y todos sus marineros mantuvieron el silencio sintiendo la adrenalina junto a la emoción por el inminente combate invadiendo sus cuerpos y latiendo en sus venas.

-¡Fuego!

El Estrella de Plata se sacudió violentamente cuando sus cañones dispararon. La madera del barco de mercancías crujió causando gritos de emoción por parte de los piratas.

-Listos para el ataque -la voz de la capitana resonó sin necesidad de que gritara.

Los piratas corrieron hacia las sogas, algunos listos para trepar y balancearse y otros cargando los tablones de abordaje. Esmeralda sintió una respiración cerca suyo que reconoció casi al instante.

-No pienses que me quedaré aquí sentada, Drake. Me niego.

-Lo sé -pudo sentir su sonrisa -pero tendrás que resignarte a que te acompañaré de cerca.

-¡Ahora! -el grito de Zack los interrumpió.

Ambos intercambiaron una sonrisa, se tomaron de unas sogas y se lanzaron al barco enemigo.

Los tripulantes del barco de mercancías no dudaron en sacar sus espadas para arremeter contra los piratas. En pocos segundos la batalla ya se había armado a bordo. Esmeralda se abalanzó sobre uno de los hombres, alzando su espada. El tripulante se defendió dándole un empujón cuando sus armas se encontraron en el aire. Ambos atacaron de nuevo con mayor fiereza. La pirata se agachó a duras penas para esquivar un mandoblazo y deslizó velozmente su pierna golpeando al enemigo en las suyas tirándolo al piso. Casi simultáneamente ambos se pusieron de pie. Las espadas se chocaron una vez más. Por el rabillo del ojo Esmeralda notó que el marinero intentaba arrebatarle su daga con la mano que tenía libre de la espada. La pirata no tardó en coger su cuchillo con su otra mano y sacarlo violentamente de su cinto haciéndole un corte en la mano al hombre. Ambos empujaron de las espadas obligando al otro a retroceder unos pasos. Un grito de guerra escapó de la garganta de la capitana mientras arremetía para dar una estocada letal que se vio obligada a desviar lográndolo a duras penas.

En Alta MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora