Capítulo 66.

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Me eché el sombrero hacia atrás ligeramente para que me tapase los ojos y pude obtener una mejor vista de lo que tenía delante. Turistas caminando por las calles en pantalones cortos, camisetas--cualquier cosa fina y abierta, algunos descalzos y empapados de agua. Por las ondas naturales del pelo de algunas chicas podrías decir que vienen de la playa, tal vez cerca de nuestro hotel. Tres chicos jóvenes pasaron, todos sosteniendo tablas de surf más grandes que ellos.

  Mi pierna rebotaba con impaciencia, mis uñas tamborileando contra la mesa de metal en la que me senté en frente de Starbucks. La cafetería estaba cerrada, pero no estaba allí por eso, de todos modos.

  Miraba hacia atrás y hacia adelante entre la mesa y todos los demás, tratando de no ser sospechosa. No es que estuviera cubierta de negro y tuviese una pistola en la mano, pero estaba sentada sola en una mensa de una tienda en la que ni siquiera compré algo.

  Mis ojos se cruzaron con los de color verde claro de Harry. Estaba de pie en la multitud que observaba un equilibrista, artista callejero en una escalera, confundiéndose con sus equipos ocasionales. Llevaba una pistola, en algún lugar.

  Él miró hacia otro lado por un momento, luego a mí. Seguí su mirada previa y encontré a sus dos amigos sentados en un restaurante, tranquilamente charlando. Dio una breve inclinación de cabeza y miró hacia otro lado.

  Un minuto más tarde, me di cuenta de la chica de pelo rubio lentamente acercándose a mí, y sonreí para mis adentros.

  Llevaba pantalones cortos , sandalias y una camiseta sin mangas, el pelo desordenado en lo que parecía un moño, sin embargo, al mismo tiempo, agradable, con un atavíos en la cabeza y en la frente. Otros los tenía echados hacia detrás, ahora el pelo marrón con vetas rosadas destacándose dentro de todas las personas que la rodeaban. Me levanté de un salto y corrí el resto del camino hacia las dos chicas, a pesar del hecho de que Harry me dijo que no me moviera de mi sitio.

  Eleanor chilló y envolvió sus brazos alrededor de mis hombros. "Evelyn", suspiró. "Oh, Dios mío, es bueno verte con vida."

  "Shhh," murmuró Perrie y golpeó la parte trasera de su mano en el brazo de Eleanor. "Mantén las bromas irónicas para ti."

  "Wow, El," suspiré, "Te veo después de meses en Australia."

  "Planeamos uno de esos viajes donde queríamos ir a algún lugar cuando éramos jóvenes, con ello de tener la oportunidad de dos por ciento de ocurrir," Eleanor le explicó a Perrie. "Ya sabes, esa cosa que la gente hace donde piensan que van a vivir con los amigos en Londres o algo así. Es tan bonito aquí."

  Le di un rápido abrazo a Perrie y asentí con la cabeza en acuerdo. "Sí, tenemos que ir a la playa cuando no estamos degollando", le dije e hice una mueca de dolor de mi propia broma.

  "Y  puedes dejar las bromas irónicas de lado, también," Perrie se rió entre dientes. "Pero sí, maldito juramento, hace tanto calor que voy a llorar. ¿Es ese Harry?"

  Miré atrás y vi a Harry clavando la vista en mí, pareciendo infeliz. "Se supone que debo estar sentada por Starbucks", les dije. "Ese es mi espacio".

  "El nuestro se supone que es en el otro lado de estas torres," Perrie sacudió su cabeza ", pero pensamos que sería mejor venir a verte."

  "Debería volver", le dije, aunque yo quería quedarme. "Harry parece que me va a matar."

  "Broma irónica, una vez más."

Redemption [h.s.]  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora