Un Camino Gris - (Naruto x DxD)

Caballeros Templarios 1/5

[dragon/sacred gear hablando]

''Personaje hablando''

«pensamiento»

~acción entre diálogos~

»Comunicación por círculo mágico«

×Nta (nota de autor)

{Ataques especiales}

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Momentos después desde que Abbadon abandonó la mansión

"Supongo que nos toca a nosotros ahora"- Tomó su valija

"Si, tenemos trabajo que hacer en Italia"- Respondió Tomuro teletransportandolos

Vaticano

El Vaticano, la sede mundial de la religión cristiana, un lugar tan importante para los humanos que simplemente es fantástico, todo debido a que aquél que se supone que está más cerca de Dios, el papa se encuentra viviendo allí, pero no todo es cómo se dice, la corrupción, el poder y las ganas que tenían los emisarios de Dios de poder alcanzarlo eran enormes, sin embargo lo único que hacían era alejarse. Dos de cada tres funcionarios de la iglesia tiene casos de pedofilia que son tapados por la misma iglesia, proyectos para transformar a humanos en seres similares a los ángeles que pueden ser catalogados como del diablo se llevaban a cabo bajo la atenta vista de la máxima autoridad que no estaba exenta de toda la bruma de oscuridad que la rodeaba, si bien de todos era el que menos pecados cometía, era aquél que sin ningún escrúpulo aceptaba los proyectos y cuándo se daban a la luz soltaba la mano, así pasó con el proyecto Excalibur, los proyectos de paladín, dónde se intentaron crear humanos inmortales, o incluso uno que era de tan alta clasificación que nadie en el mundo terrenal sabía de ello. El proyecto Templarios fue algo que más allá de ser una orden de caballeros en el nombre de Dios, también fue un experimento que creó seres que estaban lejos de ser humanos, pero que tampoco eran ángeles, mucho menos demonios, una nueva raza que vivía más tiempo del normal, producía escasa magia sacra y regeneraba sus heridas.
Obviamente el papa sabía de ellos, eran sus fuerzas de élite, después de todo fueron financiados con el mismísimo oro del Vaticano, y ahora gozaban de una legión de 100 Templarios capaces de matar a un demonio, algo increíble para un humano que sin dudas perecería ante un Gremory, Phoenix, Glasya-Labolas u otros clanes de demonios nobles, pero era una generación vieja que no pudo ser reproducida hasta hace unos años, dónde los Templarios fueron reemplazados por los nuevos Templarios de la nueva generación, una existencia capaz de igualar a un ángel de 3 pares de alas, pero que vieron sus números reducidos a 12, llamados cómo crestas que se dividían en 12:
La cresta Pendragón
La cresta Benivere
La cresta Kay
La cresta Bors de ganis
La cresta Lancelot
La cresta Tristán de leonis
La cresta Gawain
La cresta Pellinore
La cresta Lamorak de Gales
La cresta Galahad
La cresta Gareth
La cresta Perceval
En honor a los 12 grandes caballeros de la mesa redonda, ahora mismo todos y cada uno de ellos se encontraban apoyados en una rodilla con la cabeza baja, esperando las indicaciones de su santidad el papa.

"Mis crestas, mis caballeros, los he reunido debido a que últimamente ha habido mucha actividad demoníaca en la ciudad de Roma, algo que no podemos evitar debido a su cercanía, podrían dañar a la gente que vive en nuestra nación, ¡Invadir tierra santa! Dios jamás lo permita, hemos movilizado cientos de exorcistas, pero ellos no dan a basto, tampoco podemos enviar a los Antiguos Templarios, ellos están ocupados controlando a los vampiros de Valaquia que últimamente estuvieron muy activos, es por eso que quiero que exterminen la maleza de raíz, de tal forma que no vuelva a aparecer, si es un demonio eliminenlo, si es un hereje crucifiquenlo, y si por alguna razón se trata de ángeles de alas negras, no duden en matarlos, esos asquerosos malagradecidos cayeron de la gracia del todo poderoso, ¡No merecen piedad alguna!"- Se paró de su trono mientras comenzaba a  bajar por las escaleras para estar directamente frente a ellos -"Se dividirán en grupos de dos, así lograrán abarcar más territorio, no aceptaré un fracaso de ustedes, son la élite, recibieron la mejor educación, los mejores profesores y el mejor armamento que el Vaticano puede conceder, el plazo máximo que se les dará es de un mes, pero podrá extenderse en caso de que el problema sea más grave de los que teníamos en mente, ¿Alguna duda?"-