SAUDADE

Capítulo 3

La mañana siguiente no fue mejor, se sentía cansado, su cuerpo pesaba lo suficiente como para permanecer en cama todo el día, era como si las energías que debía haber repuesto durante sus horas de sueño se hubieran esfumado en el momento en el que abrió los ojos y reconoció él lugar en donde durmió. Durante la madrugada se había dormido esperando que todo lo vivido el día anterior y también los días pasados no hayan sido más que un sueño, pero el despertar en esa habitación del departamento de Sehun sólo le confirmó que todo era tan malditamente real.

De repente el sueño parecía invadirlo de nuevo, quería dormir, perderse en el mundo de los sueños para escapar de la realidad de mierda que estaba viviendo, utilizar sus ilusiones y sueños profundos para anestesiar las heridas de su alma y corazón.

Comenzó a relajarse notablemente cuando su mente se perdió en el canto y la imagen de hermoso colibrí que rondaba con rapidez el árbol frutal del otro lado de la ventana. Amaba la naturaleza, habría elegido especializarse en biología o alguna otra carrera apegada a las ciencias humanas de no ser porque sus deseos se apegaron a la idea de tener un pincel en los dedos en lugar de una bata en el cuerpo y guantes en las manos. Llegar hasta donde ahora estaba no había sido fácil, las clases teóricas eran largas y las tareas pesadas, porque quien pensara que prepararse para ser pintor sólo es el hecho de tomar un pincel y delinear sobre el lienzo estaba en un gran error.

Pero sin duda el reto más difícil fue el hecho de enfrentarse a su padre, quien llevaba consigo las ideas conservadoras acerca de los artistas de cualquier índole, sin importarle profesión para él todos eran y se convertían en lo mismo, en unos muertos de hambre. Cuando compartió la noticia acerca de cuál quería que fuera su oficio durante una cena familiar pudo observar a su padre rojo del coraje, le gritó que tiraría su futuro por el risco más grande a su paso y terminaría viviendo de manera miserable, mientras su madre y su hermano menor trataban de calmarlo. Mentiría si dijera que la relación de padre e hijo volvió a ser la misma, porque su progenitor se encargó de evitarlo a toda costa y Chanyeol, al no querer hacer las cosas más difíciles decido hacer lo mismo.

Los días comenzaron a hacerse monótonos, las cenas familiares y llenas de risas fueron reemplazadas por aquellas en las que el mínimo ruido de los cubiertos parecía crear tensión, las cálidas palabras llenas de ánimo ahora daban lugar a frías miradas que podían helarle hasta la sangre y la imagen de la familia amorosa terminó en sólo una máscara para los demás.

Así pasaron los días y semanas hasta que finalmente después de seis meses decidió mudarse y encontrar un empleo de medio tiempo para mantenerse, a pesar de las súplicas y promesas de su madre acerca de hablar con su padre. No era que no creyera en ella, simplemente habían pasado tantas cosas en ese pequeño lapso de tiempo que le habían hecho sentir que no encajaba en esa familia, es decir, la noticia acerca de la elección de su carrera universitaria había creado una brecha en la relación de padre e hijo, ¿Que pasaría entonces cuando su padre se enterara acerca de su orientación sexual? Entonces esa relación no existiría más y Chanyeol no estaba preparado para ser tratado como un total desconocido por su propio padre.

Sabía que su madre no tendría problemas con eso, ya que ella era fiel creyente de aquella frase de lo que realmente te hace feliz es lo correcto, y agradecía infinitamente que su hermano hubiera adoptado las mismas ideas en lugar de las arcaicas de su padre.

Los primeros días lejos de casa fueron difíciles, tardo en tomar por completo las riendas de su vida, así como asimilar la idea de que ahora vivía solo en su cómodo departamento, su madre se encargó de visitarlo los fines de semana en compañía de su hermano para llevarle algunos víveres y convivir con él un poco de tiempo.

Le alegro demasiado el hecho de poder compartir muchas cosas con su madre a pesar de que ahora no vivían bajo el mismo techo, como aquella vez en la que ambos, en compañía de su hermano celebraron la culminación de su primer semestre exitoso o también cuando le confío el secreto que hablaba de aquel chico de lindos ojos de cachorro que encontró en la biblioteca y que hacía revolotear con fuerza su corazón, sin duda la mujer era la mejor madre, amiga y confidente que nunca pidió pero que agradecía tener es su vida.