Yo era un joven normal, me iba bien en la escuela, era muy conocido e inteligente. Un día, iba caminando por los pasillos de la escuela, vi a un pequeño moreno - era de una estatura menor que la mía - se veía solo, y se me ocurrió acompañarlo.
- Hey tu, ¿como te llamas? - dije mientras me sentaba a su lado.
- R-rigby. - dijo con la mirada al suelo.
- ¿No sabes que al hablar lo tienes que hacer a la cara? - le tome de la barbilla para mirarlo.
No había notado que estaba llorando, estaba con un gran moreton en su ojo.
- ¿Que te ha pasado? Te llevare a enfermería.
Lo lleve en mi espalda. Rigby estaba llorando todavía, pero se abrazaba a mi. Llegamos a enfermería, la enfermera me dijo que podía sentarme en una silla.
Al salir, vi que Rigby se veía mejor.
- ¿Estas mejor? - pregunte revolviendo su pelo castaño.
- Si, gracias, ¿quien eres?
- Soy Mordecai, me puedes decir Mordo. Dime ¿quien te hizo esto?
- Ya no importa...
- A mi si, dime - no podía dejar que alguien estuviera de brabucon.
- Bueno, fue un chico de mi clase, se llama Chad.
- ¿Y porqué lo hizo?
- No lo sé, siempre lo hace sin razón.
- ¿Ya te había golpeado?
- Pues si. Creo que se desquita conmigo. - comenzó a sollosar.
- No te preocupes - dije poniéndome en una pose de salvavidas - yo te cuidaré.
- G-gracias - me abrazo con mucha fuerza.
Pasaron las horas, y en los recreos me encontraba con ese pequeño moreno - aunque tenía sólo un año menos que yo - se le veía contento, pero me preocupaba que estuviera tan sólo.
Ya era hora de irse, Rigby se iba solo y yo con mi mejor amigo, Jeremy.
- Nos vamos Mordecai. Apresurate - me decía Jeremy desde la puerta, mientras yo ordenaba mis cosas.
Ya cuando acabe, salimos. Antes, paseamos por el patio. Allí estaba Rigby, pero no de la mejor forma. Estaba siendo golpeado, al parecer, por Chad.
- ¿¡Qué haces!? - grite.
- A ti que te importa - ese niño me saco la lengua.
- El es mi amigo, y nadie golpea a mis amigos. - vi a Rigby - ¿el es Chad?
- S-si.
- ¿Ahora me estas acusando? - le iba a dar un golpe, pero yo lo paré.
- Mejor vete - le apreté la mano y le dolió - si no quieres que algo malo te pase.
Ese chico se fue, Jeremy me vio muy impresionado, nunca había tratado haci a un menor. Me dirigí hacia Rigby para levantarlo.
- ¿Estás bien amigo?
- Bueno, si. Ya me estoy acostumbrando.
- No te acostumbres, yo te cuidaré, ¿dónde queda tu casa?
Me dio las indicaciones, no quedaba tan lejos, quedaba cerca de la casa de Jeremy.
Me lo llevé junto a Jeremy.
- Jeremy - apege al castaño a mi - es mi nuevo amigo, Rigby.
- ¿Lo llevarás a su casa?
- Si, queda al paso de la tuya.
Con eso empezamos a caminar, el moreno iba muy contento. Llegamos a la casa de Jeremy.
-Bueno Jeremy, aquí te dejamos. Adiós - nos despedimos con golpes en el hombro.
- Adiós Jeremy. - dijo algo tímido Rigby.
- Adiós castaño - le revolvió el cabello.
- Nos vamos, no queremos llegar tarde. - tome al moreno y lo alejé de Jeremy ¿porque hice eso?
En el camino, tuvimos la suerte de que se nos apareciera un perro.
- Mordecai, tengo miedo.
- ¿Te dan miedo los perros?
- Si - se escondió detrás mio, se veía tan tierno, joder.
Pudimos pasar al perro, hasta que llegamos a la casa del castaño.
- ¿Esta es tu casa?
- Si, gracias por traerme Mordo.
- Adiós Rigby.
Y con eso me fui a mi casa, pensando y pensando, pero algo de ese moreno, no me dejaba pensar, tal vez, sea que quiero protegerlo, eso debe ser... TIENE QUE SER ESO.
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Un día muy aburrida estaba viendo un show más, y me pregunté ¿cómo se verían Mordecai y Rigby juntitos? Y bien, aquí esta la fabricación de mi imaginación.
Ojalá les guste.
