Un escalofrío recorrió mi espalda y ahuyenté mis temores negando suavemente.

Al llegar a casa la encontré vacía, sonreí de medio lado. Eliza y Robert debían estar en el nuevo centro médico, como siempre sucedía en Richmond.

Subí a mi cuarto, me di una ducha y caí rendida en mi cama.

La secundaria en otro país era muchísimo más difícil de lo que pensé que podía ser. No. No era particularmente difícil, pero sí agotador.

Me levanté con cuidado de la cama y decidí ir a la tienda que quedaba a un par de calles; necesitaba comer galletas con té.

Mentalmente pude escuchar la risa de Sarah: "Muy inglés de tu parte, D"

Sonreí de lado y me encaminé a la pequeña tienda.

Al llegar allí pude ver una motocicleta bastante familiar estacionada. Suspiré y una gélida brisa recorrió el lugar.

Lo único que me faltaba era que mis apuntes de Historia estuvieran bajo aquella llanta.

Entré saludando cordialmente a la señora que estaba en el mostrador.

-¡Tú debes ser Raven! — dijo la señora con un gesto amable.

Asentí sonriendo.

-Mis hijos me han hablado de ti. — murmuró con una sonrisa cálida.

La señora se veía extremadamente joven para tener hijos, era guapa, alta, cabello negro y ojos celestes.

-Uh, ¿Quiénes son sus hijos? — pregunté lo más amablemente que pude.

-Oh, claro. Mi nombre es Hera Adler. — contestó.

-Oh... — mi boca se había secado considerablemente y mis palmas sudaban. — Yo no sabía que Poseidón le hubiera hablado de mí.

La señora Adler soltó una melódica carcajada mientras salía del mostrador.

-La verdad, Hades ha hablado más de ti que Poseidón. — contestó con una sonrisa.

Sentí el color decorando mis mejillas. ¿Por qué reaccionaba así si Hades había sido muy grosero conmigo?

-Te he avergonzado. — dijo Hera con una mueca. Quería que me tragara la tierra. — Hades no había mencionado que hubiese sido grosero contigo, tendré una seria conversación con él. Y no hace falta que la tierra te trague, cielo.

¿Había dicho eso en voz alta? Me sonrojé aún más.

-¡Mamá! — escuché a la distancia. Reconocí la voz de Hades acercándose a nosotras.

Ahora sí quería que me tragara la tierra.

-¿Qué haces aquí, Winter? — escuché con evidente molestia del chico alto y blanco a mi lado.

-Uh, es una tienda, Adler. No todo gira en torno a ti. — dije con sorna. Me disculpé con Hera con una mirada, pero ella parecía bastante divertida con la situación.

-La verdad, uno pensaría que sí cuando esta es la tienda de mi familia. — contestó tajante.

Ahora sí sentía que había hecho un papelón. Forcé una sonrisa y me despedí de Hera con un asentimiento de cabeza. Di grandes zancadas (lo más grande que mis piernas me permitían) e ingresé al pasillo de las galletas.

Sentí pasos detrás.

-Uh, siento haber sido grosero contigo hoy, Winter. — murmuró Hades bastante incómodo.

Su madre debía haberlo obligado. ¿Cómo era posible que una señora tan amable tuviera a un hijo tan desagradable?

-Todo bien, Adler. No esperaba otra actitud del chico que le responde al profesor Summers.

El Inframundo De Raven. [En Edición] Kde žijí příběhy. Začni objevovat