Parte Única

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Dato interesante: Mientras creaba esta pequeña historia, reproducía "The Truth Untold" pues la inspiración vino de ahí, por lo que les recomiendo leer esta parte mientras reproducen la canción, de verdad les encantará.

Sin más que decir, comencemos.


Miraba las rosas, de ellas se deslizaban pequeñas gotas de agua, la lluvia empezaba a cesar. Esas rosas solían ser tus favoritas, aquellas rosas rojas y ese jardín que se decoraba alrededor de ellas. Recordaba con exactitud cada vez que te posabas ahí a admirarlas, no decías ninguna palabra, sólo quedabas en completo silencio inhalando aquel olor agradable que desprendían. 

Me encantaba verte con aquella sonrisa que tanto te caracterizaba, roceabas con extrema delicadeza aquella bella flor, tan bello como tú. Más era mi dicha cuando te dabas cuenta de mi presencia y me regalabas una de esas tantas sonrisas llenas de amor, me mirabas con amor, sí, amor, algo que ya no sentías por mí.

Cada día me lamentaba el haberte dejado ir, el no haberte detenido y tomarte del brazo antes de que te hubieras ido, el no haberte besado, el no haberme despedido . Cada día lágrimas inundaban mi habitación. Cada día sentía aquel dolor. Cada día visitaba aquel jardín. Cada día... te amaba más.

Aún recuerdo la vez que habíamos peleado, la vez que nos habíamos alejado e ignorado a más no poder. Esa vez había roto aquella rosa que te encantaba, tu favorita. Me sentí tan culpable que deje todo de lado y me acerqué a ti para pedirte perdón, odiaba estar en aquella situación, mi amor era tan grande que creía poder contra todo. Fuí un idiota. Te dejé ir.

Vivíamos en aquella pequeña cabaña rodeada de aquella inmensa naturaleza, el río que se encontraba justo a lado de esta se escuchaba correr, una extrema paz inundaba el lugar.

Otro recuerdo vino a mi mente. Amabas tanto las rosas que me había decidido a darte una sorpresa, el espacio que yacía alrededor de la cabaña era espacio suficiente para lo que tenía en cuenta. Ese día te había propuesto salir de viaje a cualquier parte con tal de que nos alejaramos de la cabaña unos cuantos días. Nada más llegar, cubrí tus ojos con mis manos y caminé hasta el lugar. 

Durante el camino al lugar mantenías esa risa que tanto te caracterizaba, tus bellos y carnosos labios mostraban una sonrisa pura y sincera. 

Al llegar, lentamente descubrí aquellos bellos ojos que destacaban en tí, me tense unos segundos al no ver reaccion tuya, pero por consiguiente cubriste tu boca con tus pequeñas manos, volteaste a verme y te lanzaste hacia a mí rodeandome con tus pequeños brazos, diste pequeños y cortos besos en mi rostro, por todo mi rostro, reías y en tus ojos se asomaban pequeñas gotas cristalinas, empezaste a llorar, llorar de felicidad. Desde aquel día, ese jardín de rosas se había convertido en tu lugar favorito.

Cada mañana al despertar no lograba sentir tu pequeño cuerpo a mi lado, te necesitaba, te extrañaba. Extrañaba abrir los ojos y encontrarme con tu rostro angelical, tu rostro irradiaba paz y tranquilidad, serenidad y belleza. 

A cualquier hora lograbas escaparte de mi lado para rondar por aquel jardín que tanto te gustaba, que tanto amabas. Llegué a sentirme celoso de aquel jardín, aquel jardín que yo te había regalado, que yo había creado para tí, sí, para tí, porque tu pertenecias a esas rosas. En mis pensamientos siempre fuiste la rosa más hermosa, aquella rosa que siempre lograba destacarse entre todas las demás, aquella que iluminaba cada día el jardín.

Gotas comenzaron a caer nuevamente en las rosas, gotas cristalinas, gotas que se deslizaban lentamente entre sus petálos para después caer en aquel pasto verde. Toqué suavemente aquellos petálos rojos recordando tu tacto, tu presencia y ahora... tu ausencia. 

Garden of Tears || Soojun OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora