—Lamento informarles que será imposible abrir una demanda si no son poseedores de pruebas consistentes. Además, según lo que he oído, tampoco conocen el rostro del atacante, poniéndonos más difícil su reconocimiento y captura.

El oficial encargado de atender al par de chicos intentaba hacerles entender que era muy difícil iniciar una investigación con tan poca y temblorosa información.

—¡Podemos pedir las grabaciones de las cámaras de seguridad del supermercado!—exclamó un alterado pelinegro, frunciendo el ceño y azotando su puño sobre la mesa frente a él.

—Necesito que mantenga la calma, señor. De lo contrario, tendremos que detenerlo—habló de forma seria el comandante.

TaeHyung, quien había permanecido en silencio hasta ahora, alzó la mirada rápidamente en cuanto oyó aquella advertencia, tomando el brazo de JungKook, el cual estaba sentado a su lado, para buscar su mirada.

—JungKookie, te dije que no era buena idea...—le susurró al oído, frunciendo los labios y enarcando las cejas hacia abajo, preocupado—. Lamento mucho todo, oficial. Nosotros ya nos retiramos...—anunció en voz baja, levantándose de su asiento y tratando de hacer una reverencia, inclinándose levemente hasta donde su abultadito vientre le permitía.

—TaeHyung, no tienes que-

—JungKook—interrumpió el castaño, observándolo con súplica y ojos brillantes.

Jeon empujó el interior de su mejilla con la lengua, bastante inquieto, mientras miraba fijamente a TaeHyung, no sabiendo qué decir o hacer.

—Tenemos la posibilidad de pedir los vídeos de las cámaras de seguridad del local, pero aquello tardaría unos días. Además, me indica que el rostro del sujeto estaba cubierto casi en su totalidad, ¿cierto?—inquirió el policía, sacando a ambos jóvenes de su trance.

—Él... tenía puesto un cubrebocas oscuro y el resto de su rostro estaba siendo escondido por su cabello alborotado...—afirmó Kim.

—En ese caso, tendríamos que hacer una investigación mucho más amplia, verificando las cámaras de seguridad de las calles hasta buscar de dónde provino; pero sabe que no todos los lugares en Corea poseen aquel aparato electrónico, por lo que terminaríamos perdiéndole el rastro—dijo con firmeza la autoridad presente, entrelazando sus manos y apoyando sus codos sobre la mesa.

—Estoy al tanto de todo, oficial. Nuevamente, pido disculpas por haber interrumpido su jornada laboral por algo tan banal como esto—habló el castaño, tomando la mano de JungKook y jalando de esta, intentando ponerlo de pie—. Vamos, JungKookie. Estaré bien, ¿sí?

Y Jeon no se movió ni un solo centímetro.

Su mirada se hallaba perdida en algún punto de la oficina en la que se hallaban. Parecía concentrado en algo, mas no tenemos en claro qué.

—"Eres mío, y ese engendro también..."—murmuró de un momento a otro, llamando la atención de los demás.

—¿Perdón?—cuestionó el comandante ante aquel repentino comentario.

—Eso fue lo que te dijo mientras intentaba llevarte con él, ¿no es así, Tae?—preguntó nuevamente, dirigiendo su fría mirada hacia el desorientado y sorprendido castaño.

TaeHyung, quien aún sujetaba la mano del contrario, la apretó con fuerza, sintiendo su cuerpo tensarse.

—N-no sé de qué-

—TaeHyung—cortó el pelinegro, logrando intimidar levemente a su hyung con aquella fulminante mirada.

—Eso dijo...—respondió sumiso, lamiendo su labio con nerviosismo.

911-KookTae Where stories live. Discover now