ꜰʀᴇᴅ ᴡᴇᴀꜱʟᴇʏ

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Cerre la puerta de la entrada de mi casa con fuerza, tuve un día malo y lo último que quería era hablar con alguien, para mi suerte, no se encontraba nadie en la casa en esos momentos. Me saque los zapatos, mis adoloridos pies lo agradecieron, y me senté en el sillón a mirar el techo, pensé en prepararme un té pero no tenía fuerzas para nada.

-hola cariño ¿cómo fue tu día?-

¿En qué momento llegó el pelirrojo? ¿Cuanto tiempo estuve mirando el techo?

-mal, no quiero hablar de eso- dije con la voz algo ronca

-hoy vino Ron de visita a la tienda y, por error, comio unas pastillas vomitivas, no se como se pudo confundir, aveces es un idiota- dijo Fred con una sonrisa mientras se sentaba a mi lado

-aún así lo quieres- dije con una leve sonrisa

-si, pero no se lo digas-

En ese momento me dio un dulce beso y acomodo mi cabeza en su regazo, se puso a jugar con mi pelo y por unos instantes hubo un cómodo silencio, él se dio cuenta que no estaba de humor para tener una larga conversación.

-¿estás mejor?-

-mh-

-no entiendo esos ruidos raros mujer, no soy legeremante- solte una risa

-voy a tomar esa risita como prueba de que te sientes mejor, soy genial para alegrar vidas, creo que me deberían dar un premio o algo por el estilo- los dos soltamos una carcajada

No se lo dije para que no alardeara de eso, pero si, Fred tenía la capacidad de alegrar hasta el peor día.

Harry Potter One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora