Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng son dos adolescentes con una vida más o menos normal.
Pero hay algo de ellos que nadie sabía. Son Ladybug y Chat Noir... los héroes de París.
La situación en la que se encontraban parecía que no iba a dejarlos...
La historia se repetía en todos los sentidos. Mis padres le dieron unas semanas libres a Adrien, y ahora tenía que hacer el trabajo en casa. Gracias a todo esto, teníamos más tiempo para estar con los niños.
Eso sí, lo único que no iba a cambiar de ninguna de las maneras eran nuestras responsabilidades como héroes. Por eso, cuando me encontré mejor, decidí acompañar a Adrien en las patrullas. Y claro, como teníamos que dejar a Hugo y Emma con alguien, aprovechábamos para ir estando transformados. Incluso seguíamos bromeando con lo de ir con ellos como Chat Noir y Ladybug...
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Sin embargo, me obsesioné otra vez con volver al trabajo pronto, a pesar de las objeciones de Adrien, Tikki, Plagg, mis padres, mis amigos... Y tengo que reconocer que esta vez me equivoqué.
No soportó estar sin hacer nada, pero si ya solo con Hugo nos costaba a Adrien y a mí compaginar el tiempo, era obvio que ahora con los dos se iba a hacer casi imposible. De hecho, algunos días acabé tan cansada entre el trabajo y las patrullas, que después no era ni consciente de lo que hacía...
En uno, estaba tan agotada, que me puse a balancear la silla donde ponemos a Emma, sin darme cuenta de que ya la tenía en mi regazo. Así, y con tal de dejarme en mal lugar, Adrien me grabó con el móvil...
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