no me conoce · kookmin 국민

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– Taemin y yo tenemos un vínculo desde hace tiempo, pero ya tiene mucho, podría decirse que somos compañeros de bachiller.

Taemin mordió su mejilla, “Así que casi un desconocido” pensó el rubio en su mente. Sabiendo que eran mucho más que eso en la intimidad.

– Bien, me da gusto que viejos compañeros de bachiller se hayan vuelto a ver y ahora estén aquí esperando que el listón rojo sea cortado – habló Tina la mujer adinerada, prometida del dueño.

– Disfruten de esto, Lee hizo un excelente trabajo con remodelaciones y aditamentos al lugar, a parte no cualquier bar o vinateria tiene una bebida alcohólica fermentada de frutas regionales del país. – opinó el inteligente señor Gahui, dueño del lugar.

– A parte… El empresario y socio del señor Gahui tiene varias bodegas de vino en donde son recolectados los mejores, también se merece crédito el señor Jeon – habló Jake, socio de Gahui.

– Concuerdo contigo, el empresario Jeongguk supo elegir fragancias y frutas hizo buenas elecciones – dijo con gestos de elegancia la señora Tina.

Jimin de oír tales cosas del empresario empezaba a preguntarse quien era tal hombre pero la misma pregunta que se hacía la cuestionó Taemin.

– Exacto el señor Jeon es un sabiondo con esto del alcohol le ha de gustar mucho – rió un poco y los demás asintieron sonriendo – Y hablando de él… ¿Dónde está?

Ahora Jimin los miró con atención.

– Dijo que ahora venía, salió a atender dos llamadas perdidas seguro de sus otros negocios o las cosas importantes que lo mantienen ocupado – explicó Jake encogiéndose de hombros.

– Pero en lo que tarda en venir ¡Por favor pasen los dos a tomar un poco de las pruebas de vino! Elegimos las mejores para invitados importantes como ustedes – Tina le coqueteó un poco a Jimin quien también sonrió galante.

Bien ya tenía a quien clavarse esa misma noche, Taemin quedaba fuera del plan.

– Así lo haré señorita, seguramente usted tiene los mejores gustos y yo lo disfrutaré.

Y con esa mirada azabache fue capaz de convencer internamente a la mujer para que le fuera infiel esa noche a su prometido Gahui, ahora el ojinegro había capturado a otra persona más.

Gahui quien permanecía en silencio vió tal escena, pero no dijo nada más. Taemin se dió cuenta de esto y decidió posar una mano detrás de la cintura de Jimin susurrándole:

– Jimin ¿Por qué no vamos a degustar por allá? – sugirió Lee.

– No tenías que decirlo es justamente lo que haré en este momento – giró su brillante rostro hacia el rubio con una leve sonrisa – Con permiso.

Hizo una elegante reverencia ante las personas y se separó de Taemin caminando solo para llegar a la mesa decorada y arreglada con licor sobre ella, Jimin empezó a checar los envases y se dió cuenta que en efecto estas eran demasiado costosas.

– ¿Vas a empezar? Sé lo que tramas, Jimin.

Esa era la voz del rubio y el mencionado no se inmutó ni le prestó atención con la mirada, simplemente siguió escogiendo por cual bebida empezar.

– Es bueno mi plan ¿No? – habló con un toque de cinismo.

– Jimin no lo vas a hacer, es la prometida del señor Gahui es inteligente y tiene contactos en el Bronx, es su mujer.

Park quedó en silencio por unos momentos, había decidido servirse uno de omija para llenarse la copa y ahora sí voltear hacia el arquitecto.

Jimin sonrió viendo el rostro serio de Taemin mientras daba leves meneos en el aire a la copa.

– Si es tan inteligente entonces podría darse cuenta de la clase de mujer con la que compartirá cama y que no sería la única que vez que mancharía su título como esposa. Que estúpido ¿No? Saber que otros hombres estén adentro de tu esposa mientras tú piensas en ella.

Era un buen punto, pero no podía hacer algo así.

– No quiero que lo hagas, quedaste en otra cosa conmigo – detuvo Taemin antes que Jimin siguiera hablando.

– Escucha Lee – Park empezó a fastidiarse un poco – No es de a fuerzas, si a mí no me apetece hacerlo contigo entonces no se hace y mucho cuidado donde me obligues a hacerlo, no puedes tratarme como si fuéramos algo ni mucho menos como si fuera tuyo, yo puedo meterme entre las piernas de quién se me hinche los testículos. ¿Queda claro?

– Bien.

Asintió Taemin tras escuchar esas palabras, mentiría si decía que no sintió un dolor cerca del corazón, tenía que tener sentimientos por ese chico de cabellos negros y cuerpo duro ¡Estúpido! Era lo que se repetía pero no entendía, está más que claro que Jimin jamás buscará la verdadera felicidad en solo una persona y no en el cuerpo de varios. Y aunque el rubio estuviera consciente de eso, él seguía ahí en su propio enredo.

El arquitecto obtuvo un nudo de la garganta, quitándose las ganas de sentir lo cálido de un vino por su garganta así que se alejó de Jimin para ir al sanitario.

Jimin rodó los ojos, no era la primera vez que Taemin le hacía una escena ridícula como esta, estaba cansado de que el rubio siguiera buscando algo serio con él. Y aunque sonara frío y agrio con sus palabras prefería ser así a tener la responsabilidad en una relación, porque sí Jimin tenía su única manera de pensar y actuar.

Suspiró profundamente auto calmandose, no se enteró en que momento había bebido la última gota de omija pero ver frente a él el largo envase del vino: bayas de magnolia. Decidió cual sería el segundo en degustar.

Volvió a vertir el líquido en la copa de vidrio y meneandola para así por fin llevarla a sus labios y saborear del buen sabor de esta, vaya que era de disfrutar.

Su calma se esfumó tras escuchar una profunda voz varonil venir de sus espaldas.

– Parece que te a gustado de magnolie.

Jimin volteó de manera rápida para caer en cuenta que esparció gotas de dicho vino sobre el polo bergoña de un fuerte pecho del hombre que le había sacado un susto.

Vaya coincidencia.
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