¿Se puede cambiar?- Lili x Rich

43. Asesina

Dejé caer la pistola al suelo justo después del disparo. Me había convertido en lo que tanto querían evitar... En una asesina. No estaba preparada para todo el peso de haber matado a alguien, aunque fue por venganza, y con la pistola que me dió Chincheto para defenderme de mis atacantes hace un año.

-¡Corre!- me gritó Rich en cuanto oyó los coches de policía.
Con la tontería nos habíamos alejado de la base, así que solo le hice caso y empecé a correr.

Entré en la base sin pensar mucho, mi cabeza estaba llena de gritos y pensamientos sobre en lo que me había convertido. Me encerré en mi habitación intentando no escuchar las conversaciones que tenían abajo pero era imposible.

-¿Y Rubik?- preguntó Shadoune nervioso.

- Me está llamando...- dijo Rich mientras cogía el teléfono.

- Seguro que es para...- intentó decir Farfa.

-¿¡Cómo?!- interrumpió Rich.

-¿Qué pasa?- preguntó Cris.

-¡Ponlo en altavoz pelotudo!- gritó Farfadox.

- Te deseo lo mejor amigo...- contestó con algo de tristeza.

-¡Dilo puto!- volvió a gritar Shadoune impaciente.

- Rubik ha abandonado la banda antes de que le mataran...- reveló Rich colgando la llamada.

Me levanté de golpe llorando aún más. Apoyé mi cabeza contra el cristal de la ventana pensando en todo lo que había ocurrido en estas pocas horas.
Habían matado a quién trataba como mi cuidador desde pequeña, me había convertido en asesina, habían secuestrado a un miembro de mi banda y para salvarse ha tenido que dejarnos...

Empecé a pegar puñetazos a la ventana de la impotencia, cada vez me hacía más daño y me empezaron a sangrar las manos, al poco tiempo el cristal se rompió por la fuerza que ejercí.
Sentí la puerta abrirse y cuando miré me encontré a Rich totalmente preocupado mirándome. Se quiso acercar pero no iba a dejar que lo hiciese.

-¡No te acerques!- exclamé haciendo que parase de golpe.

-¿Por qué no puedo acercarme?- me preguntó.

- Porque soy una asesina...

- Eso no importa...- me intentó convencer volviendo a andar hacia mí.

-¡No me toques!- repetí.

- Lili, no eres una asesina...

- Sí lo soy... Pregúntaselo a Raptor a ver qué te dice... A no, espera...¡Qué lo he matado!- dije sarcástica.

-¡Para defenderte!- dijo volviendo a andar.

-¡No me toques!- repetí con lágrimas en los ojos.

-¿Por qué no te puedo tocar?

- Porque soy una maldita asesina...- sentencié con rabia.

- Eso a mí me da igual... Como si has matado a cuatro personas o a cien, yo te sigo queriendo de la misma forma...- dijo con una sonrisa.

- Déjame sola, por favor...- susurré dejando mis lágrimas caer.

- Nunca te dejaré sola...- me dijo quedándose en frente mía.

Poco a poco se fue acercando a mí y me acogió en sus brazos. Rompí a llorar, ya no sabía que iba a pasar, había matado a un miembro de la banda y se iban a vengar lo más fuerte posible, porque seguramente no se lo esperaban. Y no me iba a esconder, tenía miedo.

- Venga... Vamos a curarte las manos - me dijo mientras me agarraba de las muñecas.

- No, me lo merezco...- susurré intentando soltarme.