𝑪𝒂𝒕𝒔 | kuroken

12

Jueves, 06:23h.

Ese día iban a casa del de primer año a vivir sus vacaciones más turbias. Kenma estaba jugando a su videoconsola mientras Kuroo le arrastraba y llevaba sus bolsas.

— ¡Kenma, colabora!— Gritó el pelinegro al ver que tenía que hacerlo todo.

— Calla, esclavo.

Tetsurō simplemente renunció y soltó a Kenma, sabiendo que el menor le acabaría siguiendo. Pero si Kuroo quería juego, el oxigenado jugaría.

Se quedó quieto, a pesar de haber perdido de vista a su novio, esperando a que este viniese a buscarlo y le arrastrase, y así pasaron 10 minutos.

Tetsurō se había reunido con el resto del grupo cuando le preguntaron por Kenma. Él miró su espalda y se sorprendió al ver que no estaba. 

— Maldito estúpido...— Kuroo chasqueó la lengua y fue a buscar al pequeño a donde le había soltado, para encontrarlo con aires de superioridad, de acuclillas en el suelo.

Volvió a ser arrastrado por su novio hasta donde estaban los demás.

— ¡Kenma-san, eres un vago!— Exclamó Lev para abrazar al pequeño. Kenma se incomodó por el contacto y soltó un pequeño gruñido— No es para ponerse así, lo siento...

El ruso, un tanto nervioso, se apartó del colocador de su equipo y fue a molestar a Yaku.

Entraron al tren, preparados para un viaje de dos horas y media.

Al principio, parecían llevarlo bien, pero el efecto del madrugón empezó a notarse en algunos cuerpos.

Madrugón para algunos, Kozume ni siquiera se había planteado dormir, y sus ojeras le delataban.

El pequeño tenía al gigantesco Kuroo en uno de sus hombros y a Lev en el otro. En el hombro de Yamamoto descasaba Yaku, mientras Inuoka estaba apoyado en el pequeño. Mientras tanto, Kai, que le había tocado sentarse solo, mantenía una pequeña conversación con Kenma, que tenía cara de sufrimiento absoluto.

— Bueno, creo que dormiré yo también.

Al decir eso, Kai se acomodó y dejó a Kenma solo. Pasaron 3 minutos hasta que el pequeño entró en pánico:

Kenma no sabía cual era la parada.

Aun así, solo llevaban una hora de viaje, así que se puso una alarma de aquí a 45 minutos para despertar a Inuoka, no quería liarla.

Jugó y jugó con su consola a diferentes videojuegos, hasta que quiso amor por parte de Kuroo. Sin duda tener al ruso apoyado en su hombro le parecía molesto. Obviamente Tetsurō también, pero a él se lo permitía a pesar de que le destrozaba el hombro.

Apartó sin delicadeza a Haiba y se apoyó en la cabeza de su novio, hasta que volvió a sentir a Lev es su hombro.

— ¡Joder Lev, ¿puedes puto moverte?!gracias.— Kenma soltó un chillido que despertó a los seis chicos que dormían plácidamente.

— Kenma~ Ya te podrías haber controlado— Dijo Tetsurō mientras se estiraba y le daba un beso en la mejilla— ¿Cuánto queda?

— No lo sé, ¿tengo cara de saber cuál es la parada?— Kenma con cara de asco miró a los chicos, menos a Kai, a él no le podía mirar mal, porque el pobre tendría que aguantarles— Tendría que haberos despertado igualmente, así que, mejor.

— Kenma, ¿has dormido algo?— preguntó el líbero preocupado.

— Sí, siete horas y media el miércoles.