.21

9K 1.1K 876
                                    

día veintiuno

no importaban las horas que quedaban para que volviese, yo lo esperaba en la puerta feliz con una torta casera en mis manos, aquella la había hecho yo sin ayuda de un tutorial o algo por el estilo, y se notaba al segundo debido a lo fea que estaba...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

no importaban las horas que quedaban para que volviese, yo lo esperaba en la puerta feliz con una torta casera en mis manos, aquella la había hecho yo sin ayuda de un tutorial o algo por el estilo, y se notaba al segundo debido a lo fea que estaba decorada, pero al menos se veía claro el mensaje de "lo siento" en el medio, así que no me preocupaba tanto.

después de todo, soy un asco en la repostería.

escuché las llaves sonar al otro lado de la puerta, y cuando escuché esta última abrirse lentamente, cerré los ojos para no ver su cara enfadada y así tener confianza en mi mismo para decirle todo lo que tenía guardado.

—perdón por ser un idiota, pero me gustas mucho y nunca pasó por mi mente que sintieras lo mismo —dije todo rápidamente mientras elevaba el pastel para que lo viese de más cerca, él aún no emitía palabra alguna. —tal vez perdí cualquier oportunidad contigo, y lo acepto, pero aún así debo pedirte perdón. —mis brazos temblaban debido a que aún no tomaba el postre, pensé que tal vez seguía enojado, bueno, lo normal supongo. —por favor perdóname.

sentí su risa, era baja, como si no quisiese hacerlo, pero aquello hizo que mis piernas flaquearan, ¿se estará burlando de mi pastel? —auron, somos almas gemelas.

fruncí el ceño, mentiría si dijiese que aquello me fue indiferente, pues mis mejillas decían lo contrario, pero más duda era lo que tenía por sus palabras.

al abrir los ojos lo primero que vi fue como en sus manos reposaba un lindo pastel de color rojo con las palabras "me gustas" escritas en el medio, me quedé estático, sin poder asimilar lo que estaba pasando, nos había ocurrido la misma idea.

bueno, a él le quedó más bonito, pero estoy seguro que lo fue a comprar.

—ven, dejemos esto —caminamos un poco incómodos hacia la encimera de la cocina, incomodos debido a que ninguno de los dos se atrevía a hablar de lo que ocurría.

dejamos los dulces en aquella pequeña mesa, yo sacudí mis manos y brazos, sintiendo estos dormidos, pues estuve media hora esperando que llegase.

—luego tendremos una bonita cena con ellos —sentí sus manos abrazar mi cintura, acto seguido comenzó a susurrar en mi oído. —porque yo tengo ganas de comer otra cosa.

tragué saliva, intentando no parecer un niño hormonal ante sus caricias en mi cuerpo. —¿q- qué cosa? —pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

me dió media vuelta y con una sonrisa coqueta, rozando peligrosamente mis labios, me respondió. —a ti.

me besó, movió sus cerezos intentando que los míos siguiesen su movimiento, pero apenas podía, mis manos sudaban, no me había ni imaginado estar en este momento, se veía tan irreal que me separé para comprobar si no estaba soñando.

—eh, ven acá —agarró mi mentón y me acercó a su bella cara, y aquella sonrisa que me volvía loco seguía intacta en su rostro. —desde ahora ya no te escapas de mis labios, raúl. —me robó un beso, corto pero bonito. —se grabarán mi nombre, ¿oíste?

y esa tarde, fue la mejor de toda esta puta cuarentena.

y esa tarde, fue la mejor de toda esta puta cuarentena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
quarantine ; rubiusplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora