Navidad

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Navidad, época de paz y felicidad, de compartir y pasar tiempo con la familia. O al menos así debería serlo, aunque muchas veces la gente se dejara llevar por la mercadotecnia que rodeaba la fecha. Por esa razón Steve (el actual Santa Claus) y todos sus duendes trabajaban arduamente para que siguiera viva la magia de la fiesta así como los sueños e ilusiones de los niños.

Varias tradiciones navideñas llevaban mucho tiempo existiendo, pero los inquietos duendes de Steve habían contribuido a la creación de algunas nuevas desde que él asumió el cargo, pues consideraban que su jefe a veces era demasiado serio y necesitaba relajarse un poco. De hecho, encabezados por Bruce hicieron popular el beso bajo el muérdago, ya que lo utilizaron como pretexto para que por fin su jefe y Tony dejaran de bailar torpemente entre ellos y comenzaran a salir (por esto Clint le ofreció un trabajo como ayudante de Cupido, pero el duende científico lo rechazó).

Por supuesto lo que más los mantenía ocupados la mayor parte del año era la elaboración de juguetes para todos los niños del mundo, especialmente con los avances tecnológicos que salían día con día, que lamentablemente en ocasiones no ayudaban realmente a los niños a convivir y jugar con otros o aprender cosas nuevas que les servirían en su vida adulta. Así que tenían doble trabajo tratando de crear nuevos juguetes que no solo fueran hermosos y funcionales, sino que motivaran la imaginación de los pequeños a quienes llegarían.

Para esto se dividían en diferentes departamentos y secciones, todas supervisadas bajo el mando de Steve quien contaba con la ayuda de Everett, el jefe de Seguridad, quien le reportaba si surgía algún problema o disputa, pues algo que había aprendido en todo su tiempo como Guardián era que necesitaban trabajar como equipo o todo sería un desastre.

El departamento más peculiar era donde estaba el laboratorio científico, lugar en el que trabajaban Tony y Bruce. Ellos se encargaban personalmente de las mejoras para el equipo de Santa, pues año con año se encontraban con algún conflicto que debían resolver para evitar que su Guardián resultara herido o peor, muerto, durante la repartición de regalos. Las explosiones ocurridas en el laboratorio de esos dos eran tan comunes que a los demás ya no les extrañaban.

Finalmente llegó el 24 de Diciembre, el día más esperado por todos en el Polo Norte. Desde muy temprano todos en el taller corrían de un lugar a otro afinando los últimos detalles. Bruce y Tony de nueva cuenta estaban en su laboratorio asegurándose de que todo funcionara perfectamente y no hubiera alguna falla. Ya habían probado el equipo completo un montón de veces, pero ese día los nervios de Tony se elevaban más de lo que él deseaba mostrar y Bruce lo comprendía, después de todo Steve era su esposo y por supuesto Tony lo quería a salvo.

Ambos duendes estaban dialogando sobre si incorporar en el trineo un lanzallamas en el último minuto sería buena idea o no, cuando Everett entró al lugar llevando unos documentos.

-Ni se les ocurra, hoy es Noche Buena y los duendes de Embarques ya están lo suficientemente estresados cargando los regalos como para que también deban lidiar con un incendio. Además les recuerdo que antes de hacer ese tipo de cosas, deben llenar una solicitud y Santa tiene que aprobarla.

-Tal vez el próximo año –suspiró Tony con ilusión

Mientras los tres revisaban las botas, una de los duendes ingresó al laboratorio llevándoles alimentos, pues al parecer se habían perdido la hora de comida y Steve no quería que estuvieran todo el día sin comer, pues también estarían en guardia durante la noche.

-Faltan mis donas –murmuró Tony, mirando las cosas en la bandeja

-Le recuerdo que Santa ordenó que debe comer más sano, señor.

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⏰ Last updated: May 11, 2020 ⏰

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