Adiós, Hogwarts

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Narrador omnisciente

A la mañana siguiente, Lis y James despertaron juntos sabiendo que esta sería la última vez que lo harían en Hogwarts. Era muy triste la verdad, este castillo los había unido y separado muchísimas veces. Desde los nervios la primera vez que entraron, hasta la guerra de bromas que habían empezado al principio de el año. No solo eso, este castillo les había dado una familia a muchísimos, algo por lo que seguir adelante. Para Lis fue una manera de escapar de sus problemas, encontrando a su verdadera familia. Para James fue una manera de escapar el constante abuso de su padre, y alejarse del mundo. Para muchos Hogwarts había sido un escape de la realidad en que vivían. En esos pasillos lloraron, rieron, jugaron, crecieron. Y ahora es tiempo de irse, empezar una nueva aventure. Irse de Hogwarts no era el final, era el principio de toda una vida que tenían por delante. Pero lo que todos quieran saber es, ¿Quienes serían los que seguirán el legado de los dos grupos más problemáticos de Hogwarts?

Lis lo había pensado muchísimo, esto era darle una oportunidad a alguien para seguir su legado y crecer tanto como lo había hecho ella. Era una oportunidad de darle a esa persona algo por lo que sentirse importante. Lis no había empezado ese grupo solo por las bromas, o por la venganza, era para darse a si mismos una oportunidad de sentir que importaban. De unir a la minoría que había sido abusada por tanto tiempo al simplemente ser diferente. Habían muchísimas opciones, pero Lis se fijó muchísimo en una niña que había captado su atención desde el primer día de clases. Una pelinegra, ojos azules tan brillantes. Era simplemente hermosa, pero estaba sola. Había pasado desapercibida por todos, excepto Lis. Ella vio algo en ella que nadie más vio, y por eso la eligió a ella. Su nombre era Emily, Emily Lanternant.

James tuvo que pensarlo un poco más, habían tantos chicos de primer año que serian increíbles con las bromas, pero ninguno le parecía tener lo suficiente. Hasta que lo vió a él, ojos verdes y pecas. Callado, pero super inteligente. Pasaba desapercibido por la mayoría excepto una chica, una pelinegra de ojos azules con la que siempre se juntaba. Ambos siempre iban a todos lados juntos, y ambos simplemente desaparecían entre toda esa gente. James los había visto desde el primer día de escuela, cuando la pelinegra se sentó sola y el se acercó a ella. Desde entonces nunca se habían separado. James pensó que él la reclutaría a ella, llenando el rol de Aveliza finalmente. El chico se llamaba Eric, Eric Johnson.

Sin saberlo, James y Lis habían visto a esos dos chicos y se habían visto a si mismos en ellos. Sin saber el chaos que empezarían después, se dirigieron a la sala común de cada uno. Emily era Slytherin, Eric era gryffindor. Y así James y Lis empezaron otra pequeña guerra entre casas, siendo este su último chaos en Hogwarts.

Emily estaba sorprendida, pero aceptó inmediatamente. Había algo en la chica de once años que hizo que Lis se sintiera identificada con ella, antes de irse le entregó una bandana dorada y su camisa de "The Queen of problem." Lis le dió un abrazo muy fuerte y le dejó instrucciones de que al principio de el próximo año fuera a hablar con Albus, él sabría que hacer después. Pero su identidad tenia que permanecer secreta a todos, hasta que Albus la ayudara a seguir con el resto del grupo.

Eric había quedado muy confundido, no tenia ni idea de por qué lo habían elegido a él. Pero no rechazó la oportunidad, James le dejó el mapa del merodeador y le dejó instrucciones de encontrase con Louis o Fred al principio del año. Eric se sentía muy afortunado, lo único que quería era contarle a Emily y pedir que fuera Aveliza con él. Pero James le prohibió decirle a nadie por ahora.

Al salir de la sala común, Lis se encontró con Albus. Con sus ojos llorosos lo abrazó, este sería el ultimo año de Lis pero no el de Albus. Así que Albus tenia que quedarse con esos idiotas por un año más. Claro, vería a Lis, pero no sería lo mismo que verla todos los días en el castillo. Lis era su todo, la conexión que ellos habían tenido por todos esos años era irrompible. Lis lo había hecho una mejor persona, y siempre la amaría. Albus secó unas cuántas lágrimas de la mejilla y le sonrió, dándole un beso en la mejilla. Albus no tuvo que decir nada para Lis saber que era lo que quería decir, pero igualmente Lis no se quería separar de él.

– Tienes que ir a despedirte de los demás, Lis.

– No.

– ¿Cómo que no?

– No, no me quiero ir, me voy a quedar aquí. Me puedes esconder en tu cuarto y traerme comida en las tardes. Y después me transformo en animaga y puedo salir a pasear por ahí. Y así estaremos juntos.

– Lis, no.

– Pero ser animaga no debe ser muy difícil, si nuestros abuelos lo hicieron nosotros también podemos.

– Lis, no.

– Pero, pero...

– No, Lis. Tienes muchísimas cosas nuevas que ver, puedes entrenar para ser una aurora como siempre has querido. Te puedes mudar, lejos de todos tus problemas. Esta es tú oportunidad de empezar de nuevo, tienes tantas cosas por delante. Así es como tiene que ser. Además, solo será un año, volveremos a estar juntos muy pronto.

– ¿Lo prometes?

– Lo prometo.

Lis y Albus se fueron a terminar de empacar sus cosas para luego dirigirse hasta el tren. Lis no lo volvería a ver, pero le hacía feliz la idea de volver a verlo cuando tuviera unos pequeños mini Lis en el futuro. Y la idea de crecer, casarse y empezar una familia le parecía un poco loca ya que no podia ni cuidarse a si misma, pero le hizo sonreír.

Al llegar al tren Lis se encontró con James, ambos sonriendo ocultando el pequeño secreto de quien seguiría el legado de cada uno de sus grupos. James la agarró por la cintura, abrazándola. Lis no tenía puesto sus tacones de siempre, así que James la pudo admirar a su estatura miniatura. Lis era un poco muy bajita, o tal vez James era muy alto, pero a James le encantaba burlarse de su estatura. Pero aunque le diera risa, le parecía perfecto. Lis era lo suficientemente corta para James poder poner su cabeza encima de la de ella, así que los besos en la frente eran los mas accesibles. Lis pensaba que encajaban perfectamente, como dos piezas de rompecabezas.

– ¿No me vas a decir quién es? – Preguntó James, mirando Lis a los ojos y acariciado su cabello.

– No, tú no me dices yo no te digo. – Lis sonrió con un tono burlón, y a James se le detuvo el mundo en ese momento. No sabía que haría sin ella, y no la dejaría ir esta vez.

Mientras ambos entraban a el tren, diciéndole adiós a Hogwarts una ultima vez, ambos sonrieron. Porque en este momento, todo era perfecto. Y tal vez debieron haberse dado cuenta de que algo iba a ir terriblemente mal. Pero lo que importaba ahora es que se tenían a los dos y nunca se iban a dejar ir, ¿No?

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Hola mis amores, no puedo parar de escribir así que puede que publique otro capítulo. Pero primero quiero que se preparen para los próximos capítulos. No me maten, please.

También quiero que sepan que mi historia no es 100% canon, hay muchísimas cosas que no concuerdan con lo que ustedes consideran canon. No solo en esta historia, pero en todas mis historias y es porque yo decidí ponerlo de esa manera. Los amo mucho, pero por favor quiero que entiendan eso antes de comentar sobre la historia.

Pero bueno, los amo mucho 💕

Rivalidad a lo Slytherin (3) (Trilogía Generaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora