Capítulo uno.

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Justin tenía la mirada fija hacia el frente mientras hacía sonar constantemente el talón del pie contra el suelo de cerámica. A su lado, Todd estaba sentado, quien se entretenía leyendo un folleto de la clínica.

- Mira esto.- dijo Todd. Justin se volteó para mirarlo.- aquí dice que le pagan más a quienes tienen sangre O positivo. ¡Joder, yo soy O positivo!

- Que bien.

- ¿Tú qué tipo de sangre eres?

- A positivo, creo.- respondió. Miró a las personas ubicadas en los otros asientos a su alrededor, cada uno esperando su llamado para que los atendieran. Él había llegado hace media hora a la clínica junto a Todd y han estado esperando pacientemente su turno sentados. En el fondo, seguía con la duda si sería mejor llamar a sus padres para que los sacara de todo este embrollo.- ¿Y si simplemente llamamos a nuestros padres y les decimos que paguen la renta del departamento?

- No, Justin. Sabes que se enojarán. Venga… la enfermera que nos atendió dijo que regresará en unos minutos.

- ¿Y si el dinero no nos alcanza?

- Sí nos va a alcanzar, ya vas a ver que incluso nos sobrará. Sólo necesitamos unos cuantos dólares más y ya.

- ¿Cuánto dinero nos pagarán?

- No lo sé, pero supongo que mientras más sangre donemos, más dinero nos van a dar. ¿Qué te parece si donamos un litro?

- ¿Un litro de sangre? Joder, ¿Estás loco? Terminaríamos desmayándonos si nos sacan esa cantidad de sangre.

- Vale, vale.- refunfuñó.

Suspirando, Justin volvió la vista hacia el frente. Durante toda la semana se había visto tentado varias veces en llamar a su padre, pero finalmente era Todd quien se encargaba de cambiar su opinión. Sus padres se enojarían si descubrían la fiesta que hizo el sábado por la noche con Todd, sin sus permisos y sin sus consentimientos. La fiesta había sido estupenda, con mujeres buenísimas que le hicieron compañía el resto de la noche y varios tragos de cerveza. Pero las consecuencias se presentaron al día siguiente, cuando los dos amigos se despertaron y vieron el departamento con la luz del día; las paredes manchadas con lo que parecía ser cerveza, jarrones quebrados en el suelo… todo eso se transformó en un verdadero dolor de cabeza para ambos. El dueño del departamento se presentó en la puerta temprano por la mañana al recibir las quejas que los vecinos presentaron por el ruido que hicieron durante toda la noche, y de paso, para cobrar la renta del mes. Su sorpresa fue grande cuando vio lo sucio y feo que lucía el departamento por dentro, lo que despertó su ira y los amenazó con llamar a sus padres para informarles de la situación. Pero Justin y Todd fueron más rápidos y supieron manejar el problema, convenciéndolo con que conseguirían suficiente dinero para pagar la renta del mes y los daños que ocasionaron con la fiesta. Al fin de cuentas el dueño del departamento terminó cediendo, pero les dio una fecha límite para pagar, una sola semana, ni más ni menos. Los dos amigos después de asistir a la universidad tuvieron que quedarse horas extras a trabajar en el local de comida rápida para conseguir un poco más de dinero que les dejaban los clientes… pero todo eso no fue suficiente. Por última opción vieron la donación de sangre, y aunque desde pequeño Justin siempre le tuvo terror a las agujas, tuvo que aceptarlo.

Donador de Semen {justin&tú~oneshoot}Kde žijí příběhy. Začni objevovat