Capítulo 6

567 40 1
                                    

El tronco en el que estamos empieza a crujir, no creo que aguante mucho. De pronto, Thorin camina directo a los orcos para enfrentarlos solo.

-¿Qué hace?-pienso en voz alta-no podrá con todos. Tenemos que ayudarlo.

Intento llegar a tierra pero es muy difícil ya que cada rama en la que salto se quiebra. Cuando vuelvo a concentrarme en mi punto de llegada, veo que Thorin se encuentra inconsciente y los orcos se le acercan.

Me invade la desesperación y no sé que hacer. En unos pocos segundos, Bilbo llega hasta donde están los orcos y pelea con ellos. Me armo de valor y corro hasta allá. Cada paso que doy es una rama que cae.

Al llegar saco mi espada y me apresuro a llegar donde están Thorin y Bilbo. Cuando un orco los va a atacar, me abalanzo sobre él y lo atravieso con la espada.

Saco una de mis hachas y la sostengo con la otra mano. Los orcos se acercan y yo exclamo:

-Si lo quieren tendrán que pasar antes sobre mí.

Son muchos y no creo que podamos con todos. Miro hacia el árbol que está a punto de caer, y, los que no están tratando de sostenerse, corren a ayudarnos.

Estoy peleando contra un orco cuando me percato que un wargo se lleva a Thorin. Me apresuro a llegar y lanzo el cuchillo de mi bota que da directamente en el ojo del jinete. Este se aleja y yo me acerco.

Con una mano abrazo a Thorin y con otra tomo mi espada. No pienso alejarme esta vez.

La batalla se pone más difícil y dudo que ganemos. De pronto, en el cielo aparecen unas enormes águilas que comienzan a rescatar a los que están en el árbol.

Las llamas comienzan a rodearnos.  Me convierto en un escudo, trato de evitar que el fuego llegue a Thorin. Estoy cubierta de llamas, pero no me duele. Es como si sólo fuera brisa que toca mi piel. Pero en este momento tengo cosas más importantes en las cuáles preocuparme.

Un águila se acerca y me lleva entre sus garras. Yo grito que no, que rescate a los demás, pataleo y me intento soltar, pero es inútil.

Empieza a amanecer, el sol se ve maravilloso desde esta altura, y sé que pondría más atención en la vista de no ser porque estoy tratando de ver dónde están los chicos. Los veo a unos metros de distancia, parece que están bien.

El águila que va a mi lado lleva a Thorin, que aún sigue inconsciente. Casi no logro verlo por causa de la luz. De pronto, siento que algo escurre en mis mejillas. ¿Lágrimas? Sí, son lágrimas.

Quizá las veces que corría a saludarlo eran porque realmente le tengo cariño. Y puede que haya sido eso lo que me impulsó a correr a través del fuego para salvarlo (y descubrí que de alguna manera soy inmune a las llamas). Creo que he de aceptar por fin que lo quiero, de la misma forma que quiero a mamá y a los chicos.

Después de mucho volar, aterrizamos en una roca enorme. Todos se  reúnen en un lugar específico, y yo me quedo atrás. Intento abrirme paso entre todos y cuando estoy a punto de llegar observo que Thorin ya está de pie, hablando con Bilbo.

-...dije que jamás dejarías la comodidad de tu casa, que nos abandonarías a la primera oportunidad que tuvieras...

Estoy a punto de intervenir cuando alguien me detiene.

-No lo hagas, no por ahora-murmura Kili.

-Si empeora te juro que si lo haré-gruño.

-Y yo te apoyaré-me dice.

-...Y,¿sabes qué?-escuchamos-jamás había estado tan equivocado-concluye Thorin abrazando a Bilbo. Todos sonríen y celebran. Ya el peligro ha pasado.

-¡Miren, allá!-a lo lejos se ve una montaña, pero no es cualquier montaña, es...

-Erebor-dicen y exclaman todos.

-Estamos ya muy cerca, y creo que lo peor ya ha pasado-comenta Bilbo.

Cuando ya cada quien ya está en sus asuntos, prendo un fósforo y le prendo fuego a mi mano. No me quemo ni me lastimo, sólo está ahí.

-Lana, ¿Puedo hablar contigo un segundo?-pregunta alguien.

-Sí, claro-respondo sin dejar de observar mi mano cubierta de fuego.

-Para empezar, ¿podrías dejar eso un minuto?-alzo la cabeza y veo que es Thorin.

-Lo lamento-digo apagando mi mano y sintiéndome terrible-creí que eras...

-¿Uno de tus hermanos?

-Sí-respondo tímidamente.

-Quisiera agradecerte por estar ahí, conmigo hasta el final-dice muy serio.                                                                   

   -Creo que cualquiera lo hubiera hecho-respondo firmemente.

-No, arriesgaste tu vida por mí, y jamás te podré pagar eso.

-No es necesario que me pagues, esa es la clase de cosas que se hacen por la familia, y por quien quieres-digo con dulzura. Se acerca, me da un gran abrazo y agrega:

-No tengo idea de lo que seas o de donde provengas, pero para mí eres la mejor guerrera que he conocido, la más hermosa, y eres mi sobrina-dice sonriendo-ahora será mejor que avancemos antes de que nos dejen.

Estoy un tanto confundida y a la vez conmovida.

-Vaya, cada vez me sorprende más-dice Kili.

-¿Escuchaste todo?-pregunto.

-Escuchamos-corrige Fili.

-A veces siento que me vigilan ustedes dos.

-Es normal, fue la condición para que vinieras-responde Kili.

-Sí, "vigilar a Lana TODO el tiempo", pase lo que pase-concluye Fili.

-No necesito guardias ni nada por el estilo, creo que puedo cuidarme bastante bien sola-exclamo.

-Lo sabemos-responden a la vez-pero fue la condición ¿recuerdas?

-Está bien-sonrío mientras cada uno toma uno de mis brazos como escoltas.

-Aunque tal vez se estén tomando su papel muy en serio-comento mientras bajamos de la piedra para seguir nuestro camino.

Continuará...

 



Fanfic 1: Un viaje especialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora