Capítulo 2.

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Erick se queda al frente a petición de la maestra y espera a que todos se sienten para saber lo que tiene que hacer, aunque casi es seguro que, como en cada escuela que ha estado antes tendrá que hablar sobre él.

La mujer le sonríe cuando ya todos están en silencio.

—Bueno pequeño, preséntate y háblanos de tres cosas que te gusten demasiado.

Los alumnos ríen, murmurando entre sí y el ojiverde suspira asintiendo, para quitarse las gafas.

Ya todos saben quien es y normalmente cuando no era nadie, en sus escuelas a todos les pedían quitarse las gafas oscuras, gorras o cualquier otra cosa que cubriera sus rostros o cabezas, ya que por alguna razón se trataba de respeto, y no imaginaba que le dieran un privilegio diferente ahí como en ningún otro lugar.

—Bueno, mi nombre es Erick Brian Colón Arista, pero pueden sólo llamarme Erick o Er —mencionó seriamente, mirando la pared del fondo para evitar cualquier cosa que lo hiciera sentir mal—. Tengo diecisiete años, he estado ya en la mayoría de las preparatorias del país durante los cuatro semestres pasados por situaciones personales, así que espero llevarme bien con ustedes porque es una escuela muy bonita y me gustaría quedarme —suspiró—. Mis tres cosas favoritas son...

—¡Coger! —le interrumpió alguien y él guardó silencio, mirando a la profesora en busca de alguna reacción.

—¡Las pollas! —alguien más gritó.

Claro que siguió escuchando muchos más comentarios como aquellos y muchas risas a pesar que la mujer responsable de la clase intentaba callarlos incluso con amenazas.

—¡Cállense putos! —gritó el castaño de antes y todos rieron bajito, para por fin guardar silencio.

Erick lo miró un momento y, antes de permitirse sonreírle al chico, bajó la mirada y simplemente susurró un gracias, para luego preguntar a la profesora si podía continuar y ella asintió.

—Amo el arte de cualquier tipo, me gusta experimentar haciendo comida cada vez que tengo tiempo libre y hacer ejercicio.

Christopher levantó la mano con una extensa sonrisa en el rostro y sus amigos, sabiendo que diría algo estúpida y ridículamente "cursi", rieron.

Al parecer de la profesora, el chico no iba con intenciones de ofender al ojiverde, así que asintió, dándole la palabra.

—Erick, eres el amor de mi vida y espero no sólo llevarme buen contigo, sino que desearía también ser lo mismo para tí —admitió y la maestra sonrió, pero Erick simplemente mantenía su rostro inexpresivo—. Bienvenido, hermoso.

Terminó por lanzarle un besito al aire y el ojiverde miró a la mujer, luego de simplemente agradecer su recibimiento.

—¿Puedo bajar de aquí?

—Sí, sólo deja te busco un lugar —el chico asintió viéndola levantarse y ella miró entre todos los pupitres, encontrándose a Christopher haciendo señas discretas, y ella rió bajito—. ¿Qué te parece sentarte entre Christopher y Joel?

El chico miro entre los alumnos y ambos chicos levantaron las manos, para que supiera donde era.

—Bien.

Pasó entre las filas, recibiendo susurros con frases y palabras ofensivas, pero ignoró cada cosa, a excepción de aquel apretón en su trasero.

Se quejó con molestia, dirigiéndole un imbécil al chico que se había atrevido a tocarlo, y este rió sin la más mínima vergüenza.

Cuando se sentó, la clase comenzó y no pudo evitar notar los cuatro pares de ojos sobre él, uno más brillante que los demás, pero todos esos eran los únicos que no tenían desprecio en la mirada.

Mis noches de sueño || Chriserick FS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora