Y empiezo con ella, porque siempre ha sido mi favorita; porque llora hasta que los sueños quedan empapados y las lágrimas ya no tienen significado. Y fue ella quién me enseñó que unos zapatos te pueden cambiar la vida y que no hay que mirar atrás, salvo para ver lo mucho que has aprendido. Y ella es la que siempre ve la esperanza escondida entre el dolor y el miedo. Y por ella aprendí que las apariencias engañan.
Cenicienta llegó la primera, con los zapatos en la mano y el reloj anunciando la medianoche, mientras miraba asustada las nubes que se acercaban. Oh, pequeña Cenicienta. No deberías haber sido tú.
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Colorín, colorado, esto aún no ha acabado
Short Story¿Y si te digo que Aurora tomaba pastillas para dormir? ¿Y que Blancanieves odiaba las manzanas? ¿Me creerías si te contara lo que realmente le ocurrió a Cenicienta? Olvida todo lo que te contaron: esta es la verdad. Portada realizada por la maravi...