Adrien Agreste y Marinette Dupain-Cheng son dos adolescentes con una vida más o menos normal.
Pero hay algo de ellos que nadie sabía. Son Ladybug y Chat Noir... los héroes de París.
La situación en la que se encontraban parecía que no iba a dejarlos...
Al día siguiente de darle la noticia, fuimos a la consulta para conseguir que se relajara un poco.
Evidentemente, el doctor me dijo que podía hacer vida normal, pero sin grandes esfuerzos. Después, aprovechamos que volvíamos a la mansión para pasarnos por casa de mis padres para contárselo. Y, como les suele pasar siempre en situaciones así, nos abrazaron y felicitaron a los dos entre gritos y saltos de entusiasmo.
Más tarde quedamos con el resto de nuestro amigos para contárselo también, y la verdad, no sé que reacción fue la más exagerada. Al menos, hubo algunos que se lo tomaron de forma más calmada, como Luka y Kagami, que eran los otros afortunados...
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Una vez de vuelta en la mansión, los dos nos sentamos a hablar, y Adrien se puso algo melancólico, como me había pasado el día que se lo conté.
No paró de agradecerme todo lo que habíamos hecho juntos durante tantos años, y que no iba a permitir que nos pasara nada malo ni a mí ni al bebé.
Tras eso, Adrien me contó que, a pesar de lo frío que había sido su padre durante tantos años, cuando era más pequeño, era muy diferente.
Comprendí que, a pesar de la dura adolescencia que sufrió, Adrien había tenido unos padres maravillosos.
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