"El sabor de lo prohibido lo tiene tu cuerpo"

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Grant

Veo como la pequeña Mierditti se va molesta de la habitación y esbozo una sonrisa, sin embargo no le presto mucha atención.

Salgo de la enfermería y ahora saco el numero 17 para ir a mi habitación, no se ni me interesa a donde ha ido. Tomo una ducha, me cepillo y luego me visto.

Me siento sobre mi cama sobre unos minutos, todo se sale de control. Tengo a una maldita perra la cual no puedo matar en mi departamento, se supone que mi vida seria igual. Matar, vivir, matar.

No: matar, tener que ocuparme de un dolor en el culo, ocuparme de Michael, ocuparme de una perra de Michael y no vivir.

Me levanto tomando un cigarrillo de la primera gaveta del comodín y lo enciendo dandole gran calada.

¿Como es posible no poder matarla? ¿Cómo es posible que sus ojos me recordarán a los de ella? ¿Como es posible que una muy diminuta parte de mi corazón dijera: "no, eso no esta bien"?

No lo se, y eso me cabrea. Me sabe a mierda lo que Previtti me puede hacer, debí haberla matado pero no puedo.

¡Joder, no puedo!

Termino de fumar mi cigarrillo y me levanto, recibo una anónima llamada, frunzo el ceño y contesto.

—Segal.—su puta voz me es reconocible en cualquier lugar y de cualquier forma

—Sarkozy.—contesto fríamente

—Vale, vale, veo que reconoces mi voz.

—Si estas tratando de localizar en donde estoy, lamento decirte que fracasarás.

—Claro, localización de teléfono bloqueada, que listo eres, por cierto,¿por qué querría localizarte?

—Te han llegado las noticias.

—¿Entonces es cierto?

—No y para los que están grabando esta llamada, váyanse a la puta mierda.

Sarkozy estalla en una carcajada.

—Tengo una invitación para ti.

—¿A la cárcel? Paso.

—A mi casa.

—No tiro de ese lado

—Tu humor es único.—ríe

—Sólo un asesino como yo podría tenerlo.—digo con cierto fastidio, esta llamada tiene algo detrás

—Quiero que conozcas a mi hija.—suelto una risa irónica

—¿Que te hace pensar que te creo?

—Segal, sabes muy bien que estas protegido por mi.

—Yo me protejo a mi mismo.—escupo con cierta molestia

—Si así fuera, estarías en la cárcel ahora mismo.

—¿Como un padre le puede presentar a su pequeña puta a alguien como yo? Vamos, Sarkozy, algo mas listo que eso.

—Es su regalo de cumpleaños.

Frunzo el ceño aunque no pueda verme.

—¿Su regalo de cumpleaños es morir?

—Su regalo es conocerte, piensa que bueno...eres listo o algo así dijo.

—Carajo, tu hija no te quiere.—estallo en una carcajada

—¿Podrías venir?

—Claro que no, en este momento estoy perseguido por una mierda que no hice.

Shades Of Cool {1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora